La reciente tragedia en un tramo de la conocida Línea Dorada, misma que cambió lamentablemente la vida de muchas familias capitalinas, también ha comenzado a exhibir a quienes iniciaron con patadas bajo la mesa y ahora empiezan a “enseñar los dientes”.

Y es que, como se sabe, entre quienes tuvieron a su cargo la construcción –y la inauguración-; quienes le sucedieron en el gobierno y recibieron la obra (con la exigencia propia de su conservación y vigilancia ); y a quienes le corresponde el mantenimiento y seguridad del Metro de la Ciudad de México; se encuentran –sin duda- aquellos que deben rendir cuentas por las vidas que se han perdido. Hay veces que la corrupción y, o, la ineficiencia –o ambas-  resultan criminales, por más cortinas de humo y pirotecnia que se emplee alrededor. Y esto se aplica por igual a los de antes y a los de ahora, a los amigos y enemigos de MORENA.

Es más que conocida la polémica historia de cuestionamientos de esta línea caracterizada, también, por sus altos costos finales, comparados con el presupuesto inicial. Por esto –incluido lo relativo a construcción, diseño y planeación-, es señalado el actual titular de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard y también Mario Delgado, quien entonces era el Secretario de Finanzas del Distrito Federal y ahora aparece como presidente formal de MORENA.

Pero, a ello, se suma la acusación de Porfirio Muñoz Ledo, enemigo de Delgado, quien –asegura-  que de esa línea salió un “cochinote” para financiar a un grupo político con miras a las elecciones 2024. Y no sólo eso: “La Línea 12 del Metro es el Ayotzinapa de la 4T, es el fruto de una serie de corruptelas evidentes que hubo en la construcción de este Metro”.

MORENA ataca a Mancera y pretende exculpar a Ebrard pero, sobre todo, cubrir a Claudia Sheinbaum. Asunto de presidenciales.

Mancera –coordinador perredista en el senado, quien llegó por la lista de representación proporcional del PAN- ha dicho que esperará, pero no se sabe si aguantará la embestida. Prueba de ello es que ya se le fueron al cuello a Jorge Gaviño -su ex director del Sistema de Transporte Colectivo-, quien pidió el deslinde de responsabilidades pero sin fabricar culpables.

Mientras morenistas reparten culpas, otros impiden que Florencia Serranía Soto, sí la actual directora del Metro, comparezca ante diputados de la Ciudad de México, ¿por qué? ¿No se trata de ir hasta las últimas consecuencias?

El presidente López Obrador resultó predecible en cuanto a su defensa de Sheinbaum a quien no dudó en calificar de “incorruptible, incorruptible”, con lo que pudo dar línea respecto a que no sería vinculada a esta desgracia;  no, al menos, directamente, porque hay funcionarias y funcionarios que difícilmente pueden ser excusados. Parecería que Sheinbaum habría sido exonerada desde ahora (sin peritajes).

Pero el Presidente sacó de la manga otros temas claramente electorales, sin importar pactos por la democracia, respeto a la ley o cualquier otra limitante. Claro, sin faltar la manida frase de que “hay toda una campaña”, y su lamentable: “¡Al carajo ese estilo demagógico e hipócrita, eso tiene que ver con el conservadurismo!”, con relación a no visitar a víctimas ni familiares de este trágico episodio.

Parecerían evidentes  la maniobras de distracción, por parte de quienes aseguran no ser iguales, para el “control de daños” políticos y electorales, ante la magnitud de una  tragedia que no pueden ocultar, pero que intentan procesar ante los próximos comicios.

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