En los últimos días he podido percibir que en Querétaro estamos cayendo —no estoy seguro si de manera objetiva— en calificar, priorizar y jerarquizar cuales son los verdaderos problemas por los que como sociedad enfrentamos y cuáles son los que las autoridades deben de buscar erradicar o disminuir en el estado.

Decimos que antes de legislar sobre el control en el consumo del tabaco, se deben atender problemas como el suicidio, aunque por número el fumar arroja aproximadamente 600 muertes año y el suicidio 115 muertes de manera anual y, sin embargo, va en aumento.

También se propone que se debe legislar para que los saleros sean retirados de las mesas de los restaurantes, como una medida para evitar el sobrepeso y para detener una de las enfermedades más dolorosas que es la diabetes; mientras que otros ciudadanos expresan que es mejor legislar para que en los circos no existan animales como espectáculo.

He escuchado las preocupaciones de los padres de familia —todas ellas válidas— de que lo urgente es atender el consumo de alcohol en los jóvenes; fenómeno que ya nos ubica como un estado por encima de la media nacional en alcoholismo en las mujeres jóvenes y por otro lado también se prioriza la necesidad de atender y frenar el consumo de inhalables en los niños y los jóvenes de todos los estratos sociales.

Existen también las propuestas que establecen que los cuerpos policiacos deben aplicar la ley con el tolete en la mano para poner orden en una sociedad cada día más confrontada; y, por otro lado, hay propuestas que establecen que los conflictos sociales se resuelven con el dialogo colaborativo de la sociedad y el gobierno.

Paradójicamente los gobiernos muchas veces actúan y responden con base en la presión social mediática del momento, —en alguna ocasión escuche a un activista decir “aquí quien más grita es a quien más se le hace caso”—, y estos gobiernos basan su plan de administración en lo urgente y lo mediático y no en lo importante y lo integral.

Podríamos pasarnos horas en hacer un catalogo de inquietudes ciudadanas; sin embargo lo transcendental es que existan políticas públicas que atiendan de manera integral los inconvenientes que nos agravian.

Todos los problemas son importantes si aprendemos a respetarnos como sociedad y de la misma manera exigimos y participamos en las decisiones del gobierno en turno, sea del color que sea.

Si bien es cierto que todos tenemos la razón en nuestras preocupaciones, lo importante es no caer en la denostación de las preocupaciones de los demás.

Creo que todas son válidas, todas son importantes, y muchas se pueden resolver si participamos todos como colectividad, cumpliendo la máxima de “tanta sociedad como sea posible y tanto gobierno como sea necesario”.

Director General ArtMol Consultores y Servicios

Google News