Estamos a una semana de la elección más grande de la historia.

A nivel federal, será la oportunidad de rectificar el error cometido hace tres años, donde se le brindó un voto de confianza a una opción que solo ha demostrado su inmadurez y falta de seriedad para gobernar.

Será el momento de crear un verdadero contrapeso en la cámara baja para equilibrar las decisiones unilaterales que han afectado a las familias mexicanas. Decisiones como la extinción de cientos de fideicomisos que sostenían sectores clave como la cultura, la ciencia y la investigación, la eliminación de programas sociales de gran alcance como “prospera” o la disminución de otros como las instancias infantiles.

Por otro lado, a nivel local, es la oportunidad que tenemos para redimir los contrastes que ha creado un gobierno para unos cuantos.

Querétaro ha crecido en población a pasos enormes, pero no así en cuanto a sus servicios y calidad de vida. Siendo objetivos, el Estado ha caído en varios indicadores: economía, rezago social, seguridad, etc. No tiene los mismos alcances que hace 5 años y, en parte, ha sido por la conformidad como se ha conducido esta administración, donde en lugar de actuar, optan por mantener las cosas como están, apostándole a la continuidad.

Lo mismo sucede a nivel municipal, donde los cambios no han sido relevantes, especialmente en la zona metropolitana. Los servicios básicos como el agua y el drenaje siguen dejando mucho que desear y el tema del transporte es de lo que más reciente la población en su día a día; donde para llegar a su destino, sea trabajo, escuela u hogar, viven un verdadero viacrucis.

Cuestión de la que tampoco se salvan los conductores de vehículos particulares, pues de todas maneras los índices de tráfico están al alza y se acumulan cada vez más. En pocas palabras, la capital y su zona conurbada están colapsadas.

En estos casi dos meses de campaña, he tenido la oportunidad de estrechar lazos con miles de personas, de conectar con sus corazones y consciencias. He visto de primera mano las necesidades de la población, lo que les preocupa y les angustia; pero sobre todo, he visto el abandono en que les tiene el gobierno, en sus tres niveles.

Durante la pandemia poco importó la perdida de empleos, el cierre de negocios o la falta de alimentos. Las “soluciones”, que se redujeron a una despensa y un apoyo de 2 mil pesos, no fueron suficientes.

En medio de este panorama, es que te invito a que optes por una opción viable y de un cambio verdadero, la opción del cambio valiente.

Es importante que el próximo 6 de junio, cuando tengas la boleta en tus manos, hagas un acto de reflexión y te preguntes ¿Cómo quiero estar en 3 o 6 años?, ¿Qué país y qué estado quiero para mi familia y mis hijos?, porque será en ese momento, donde ejercerás tu derecho a elegir en plena libertad.

En ese instante, en la secrecía de la mampara, podrás ejercer tu libertad al máximo, libre de prejuicios, ataduras e intereses. Será la oportunidad por apostar a un mejor futuro y votar por la mejor opción, aquella que representa el verdadero cambio, un mejor gobierno para ti y tu familia, un gobierno sensible a sus necesidades y esperanzas.

Por eso, este 6 de junio, VOTA POR EL PRI, VOTA POR ABIGAIL ARREDONDO, VOTA…POR LA OPCIÓN VALIENTE.

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