Es pésima la imagen que da la NFL cada año. Tal vez, sin deberla ni temerla, es partícipe en la primera venta de boletos para el partido que se celebra en México. A las 9 de la mañana, los tarjetahabientes de Banorte tuvieron el “privilegio” de ser los primeros en poder comprar entradas para el encuentro entre los Raiders y los Patriots, en el Estadio Azteca el 19 de noviembre. Mentira, otra vez se colapsó el sistema de venta por internet; otra vez, miles de ilusos creyeron que ser clientes de ese banco les daría el derecho de hacerlo antes que nadie; otra vez, Ticketmaster falló y, otra vez, la Profeco sólo dice “si no hay denuncias de los ciudadanos, nada se puede hacer para remediar el problema”.

Es decir, te puedo engañar, hacer que abras una cuenta en un banco para entregarte privilegios y, cuando viene el día que quieres usarlos, no sirve, nadie te ayuda y las autoridades —rebasadas— se hacen de la vista gorda.

Ayer, cientos de miles de mexicanos no fueron robots, porque nada más salía en la página oficial de venta de boletos una opción que tenías que elegir para que el sistema detectara que eras un humano y no se estaba utilizando para compra por medio de mecanismos automatizados. Los mexicanos, muy humanos en su mayoría, se quedaron sin poder comprar boletos. Y cuando por fin abrió bien el sistema, los tickets que se habían anunciado en 650 pesos, costaban hasta siete mil. Una barbaridad, un reverendo fraude. Vaya, salían opciones de compra de hasta 40 mil pesos.

El proceso de la venta de los boletos es: ayer, la preventa para clientes Banorte vía Ticketmaster, que ya sabemos le falló a la mayoría. Hoy hay venta al público en general, con prioridad para aficionados con registro previo. Será de las 9 am a las 11 pm, otra vez vía Ticketmaster. Los precios deben ir de 650 a tres mil 500 pesos y hasta seis mil 500 con Hospitality incluido. Ayer fue todo distinto, precios excesivos y nadie a quién reclamar. Pero si la lucha fue encarnizada para los clientes de Banorte, hoy se quedarán chicos “Los Juegos del Hambre” en Ticketmaster.

De qué sirve ser un patrocinio que invierte millones de dólares si el día que tus clientes te necesitan, tu producto no sirve para maldita la cosa. Deberían estar preocupados en Banorte, porque muchos aficionados a la NFL sacaron su tarjeta sólo para este día, y este día falló.

La NFL también debe explicar por qué es tan caótica la venta de boletos en México, pero sobre todo por qué este juego es el único que un estadounidense no puede comprar en su país vía la página del equipo, como si fuera apartado para el pésimo servicio de Ticketmaster. Hay quejas también en Estados Unidos. Muchos fans aprovechan para venir a la Ciudad de México y vivir la experiencia en el Azteca, pero tampoco a ellos se les da buen servicio. Por lo menos ahí se emparejan las cosas, no hay clientes de primera y segunda clase. Aquí parece que todos son de tercera categoría.

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