Sueños de esperanza
El fin de semana se antojaba idílico, unos días de descanso en Valle de Bravo, gozando del bosque, mis hijos y mi marido, necesitábamos un descanso después del estrés del trabajo, así que hicimos lo que se nos da con maestría: pasarla bien.
El domingo a medio día los celulares nos sacaron de la quietud, empezando a recibir noticias de lo que ocurría fuera de nuestro refugio, llegaban comunicados de lo que pasaba en Huimilpan, en el Distrito Federal y por supuesto, Venezuela. Resulta gratificante saber que nada está escrito en el mundo de la política dándonos buenas lecciones a todos.
En cuanto a la elección extraordinaria en Huimilpan, la lección es rotunda: ningún triunfo en política es eterno. Cuando casi todas las fuentes daban por seguro ganador al PAN, los resultados le fueron adversos, desde muy temprano se supo de intentos de compra de votos en las zonas más marginadas del municipio. Sin embargo, pese a que hubo gran ausentismo, la candidata tricolor se alzó con la victoria, ¿qué tanto influyeron las políticas públicas tomadas por los munícipes albiazules?, ¿qué tanto contribuyeron las decisiones impopulares como los despidos masivos o los nombramientos de políticos impresentables a cargos de primer nivel? El tiempo lo dirá, espero que nuestras autoridades sepan tomar esta derrota con sabiduría.
En cuanto al Distrito Federal, desde arriba se decidió hacer un mega negocio con disfraz de corredor cultural, dispusieron dar la misma función de circo que siempre les salía muy bien a la hora de someter una decisión impopular a consulta y cuando ya se frotaban las manos de gusto ante la obra, descubrieron que esa herramienta usada anteriormente con éxito podía fallar. Las decisiones impopulares tarde que temprano cansan a la población, que saldrá a emitir su voto en contra o se abstendrá de plano de participar en ella.
A su vez, lo ocurrido en Venezuela debería inquietar a muchos. La demagogia tiene su límite, no importa cuán grande sea la exposición del político a los medios a fin de engañar al electorado, la realidad de los bolsillos es mucho más contundente, y si hay hambre, ni el ejército mismo contiene a un pueblo que vive en la miseria.
Rumbo al 2018, vemos las mismas caras y las mismas mañas, envueltas en palabrería hueca. Nos quieren hacer creer que son los nuevos mesías que llevarán a nuestro país a buen puerto. Ahí están, impúdicamente, López y Anaya gastándose fortunas queriendo hacerse pasar por niños buenos, intentando vendernos que son diferentes a los otros, cuando son lo mismo.
Tomemos también el ejemplo de Margarita Zavala, quien se vende como una posible candidata del PAN o independiente. Pero tengamos memoria, la señora se ha beneficiado de la mafia del PAN. Sus dos encargos, tanto en la Asamblea Legislativa del DF como en el Congreso de la Unión los logró por la vía plurinominal, es decir “alguien” de muy arriba de la estructura partidista la impuso, su prima Mariana Gómez del Campo, ahora senadora, también llegó a su curul por esa vía. ¡Y no olvidemos los escándalos de sus hermanos!
México merece más.
La realidad es que los partidos en México han abusado de sus privilegios, pactando con las otras fuerzas a fin de preservar y acrecentar sus canonjías dándole la espalda a los mexicanos. México ya no les cree, ellos son parte del problema, no de la solución.
Sigámosle la pista a los nuevos protagonistas del México que quiere nacer libre y fuerte: los independientes.
Analista polí[email protected]