Justo o merecido, pero el empate a 3 ante Atlas logrado en el minuto 99, contando el tiempo de compensación, deberá ser un aliciente para que Gallos Blancos, aunque no puedan evitar salir de la zona de multas en este torneo, salgan adelante, mejoren sus números y porcentaje, pero sobre todo, recuperen o fortalezcan la confianza en sí mismos.

No es un resultado para echar las campanas al vuelo, pero reponerse de algo adverso con todo el entorno que marcó a este encuentro, con un rival de malos recuerdos, tiene un valor de espíritu deportivo muy importante.

Gallos, tres veces abajo en el marcador, fue capaz de alcanzarlo y conseguir su segundo punto del torneo.

Fácil o a modo, para nada, primero se tenían que reponer de una falla de Pablo Barrera, un penalti que pegó en el poste derecho de Camilo Vargas y también pegó en la moral del equipo, mientras que Atlas creció y en menos que canta un “gallo”, se puso  en ventaja con palomita de Furch, eso dolió pero vino la respuesta e igualaron.

La historia fue de un toma y daca. Al final, el empate a pesar de las condiciones de ambos contendientes, ha sido justo.

Tal vez para los tapatíos el empate sepa a derrota, pero para los emplumados ávidos de ganar puntos donde sea, esta unidad significa oro molido.

Ahora, a pensar en lo que viene, un Cruz Azul que anda arrastrando la cobija y ensuciando el apellido.

Hasta la Próxima.

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