En septiembre del 2014 les escribí una columna desde la ciudad de Oaxaca por la celebración del congreso número 57 de la Sociedad Mexicana de Ciencias Fisiológicas, hoy les escribo esta columna desde la ciudad de Ottawa en Canadá, donde se realiza el tercer congreso de la Sociedad Norteamericana de Endocrinología Comparada. Los congresos de esta sociedad son cada dos años; el primero se realizó en Estados Unidos y hace dos años, el Instituto de Neurobiología y la Ciudad de Querétaro fueron sede de este congreso.

Esta sociedad agrupa a investigadores de Canadá, Estados Unidos y México que se dedican a estudiar la conducta y fisiología de diferentes especies de vertebrados. Esto es fundamental, no solamente por el conocimiento original que se genera y que posteriormente será parte de los libros de texto, sino también porque en este mundo globalizado son cada vez más las especies tanto de plantas como de animales que se encuentran en peligro de extinción. Así, entre más podamos conocer a estas especies, más podremos hacer para mantener la biodiversidad en nuestro planeta.

Nos da mucho gusto constatar que en este congreso hay un importante número de mexicanos presentando sus trabajos y demostrando a la comunidad científica internacional la excelente calidad de la ciencia que hacemos en México y la gran capacidad de los científicos y sus estudiantes mexicanos. En lo particular, me invitaron a presentar en una conferencia plenaria nuestros trabajos sobre neurogénesis, un tema del cual les platicaré en otra columna. Además, están presentes otros grupos del Instituto de Neurobiología como son el grupo de los Drs. Carlos Arámburo y Maricela Luna que trabajan sobre la fisiología de la hormona de crecimiento; el grupo de los doctores Aurea Orozco y Carlos Valverde que trabajan sobre las hormonas tiroideas; el de la Dra. Carmen Clapp que trabaja sobre angiogénesis. Además se presentan trabajos de otras instituciones mexicanas como son el grupo de la Dra. Martha Romano (CINVESTAV) que trabaja sobre inmunología y hormonas; del Dr. Rodolfo Cárdenas de Iztacala (UNAM) que trabaja sobre la hormona de crecimiento en peces; del Dr. Vilchis (Instituto Nacional de Nutrición) que trabaja sobre esteroides y reproducción en cerdos; y de la UAM (Xochimilco) el grupo de la Dra. Ana María Rosales que trabaja en prostaglandinas y ovulación.

Uno de los aspectos más positivos de los congresos internacionales es que los estudiantes  presentan sus trabajos ante investigadores internacionales líderes en su campo, quienes evalúan sus presentaciones. Estas presentaciones son generalmente los proyectos de tesis de maestría y doctorado. En muchas ocasiones, los estudiantes reciben críticas y sugerencias que pueden enriquecen su trabajo de investigación.

Otro aspecto que es fundamental para la ciencia hoy en día es que se pueden establecer colaboraciones. La investigación se ha sofisticado de tal manera que ahora es necesario abordar una pregunta de investigación desde diferentes perspectivas y con diferentes métodos de estudio colaborando con otros grupos de investigación. Como consecuencia de esto, los estudiantes pueden realizar estancias de investigación durante varios meses en los laboratorios de colegas que tienen un reconocimiento internacional. Otro beneficio de estos congresos es que los estudiantes que están por terminar un doctorado pueden establecer contactos para realizar una estancia posdoctoral que les permita continuar con su formación especializada y eventualmente encontrar trabajo. Esto es fundamental ya que en el subsistema de la investigación científica de la UNAM, los centros e institutos de investigación no pueden contratar a nuevos investigadores que no tengan una estancia posdoctoral de al menos dos años, de preferencia en el extranjero.

El tener investigadores de alto nivel permitirá que la ciencia que se realice en México siga siendo de alto nivel y contribuya en el desarrollo de estudiantes críticos y bien preparados que contribuyan a sacar al país del subdesarrollo.

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