El tema de la semana en la universidad fue la designación del presupuesto, los recortes en el ámbito federal y la controversia con respecto al aumento en el estatal. Eso es, no le podemos dar la vuelta.

En primer término me gustaría hacer un recordatorio: el pasado 19 de abril de 2015, en este mismo espacio periodístico publiqué el texto titulado Nubes en el horizonte, en el cual pretendía advertir sobre los problemas en los que se iba a encontrar la administración estatal que resultara electa debido a los recortes presupuestarios que ya se veían venir pero que no se sufrían por el ardor electoral, en otros posibles problemas.

Pues bien, está sucediendo, sin recursos financieros para la operación de la maquinaria estatal va a ser difícil que ningún líder, por bueno que sea en su labor, no padezca de tiempos difíciles y tenga que enfrentar una crisis en vez de construir monumentos.

Todo por la simple y sencilla razón que no hay lana y punto.

Me resulta pertinente pasar a dos aclaraciones con respecto a lo sucedido y al recibimiento que tuvo en la opinión de las filas universitarias y estatales en general:

1. El comunicado que se envió al gobierno federal reclamando la baja en el presupuesto de la educación pública fue hecho por el H. Consejo Universitario, y no por el Sr. Rector Gilberto Herrara, quien preside el mismo pero no impone su voluntad sobre él.

Cabe hacer el señalamiento que el Consejo Universitario es, acorde con la legislación universitaria, la máxima autoridad dentro de la casa de estudios.

Tiene la característica de ser un órgano colegiado que conglomera a cuatro miembros de cada una de las facultades y escuelas de la UAQ. Es una persona moral separada e independiente al Rector.

2. No es tan sencillo como una suma. El alegato principal parecía radicar sobre si el 3.1% de aumento directo al presupuesto y el 6.9% en obras suma el diez por ciento prometido en campaña por el gobernador. Es evidente que sí, la suma da 10%. Pero el núcleo no es ese y es mucho más complejo que una simple adición.

Se trata de la forma en la que está etiquetado el recurso, es decir, los limites que se tienen en cuanto a su aplicación.

En cuanto a las declaraciones hechas por Pancho, quien nos insiste constantemente le digamos así y no Sr. Gobernador, en las que señaló que la conducta del Dr. Gilberto había sido irresponsable.

En mi humilde opinión, irresponsable sería no hacerlo como principal representante de toda la comunidad estudiantil. El Dr. Gilberto, como rector defiende los intereses de la universidad y sus integrantes y sería sumamente irresponsable de su parte no alzar la voz cuando éstos se están viendo afectados.

Considero que la palabra “irresponsabilidad” no queda. Y la verdad, para ninguna de las partes.

Me explico, la única realidad tangible y cuantificable relacionada con el tema que nos ocupa es la siguiente:

De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía, el precio promedio anual del barril de crudo durante el 2014 fue de $86.001 dólares, basado en la misma fuente, hoy llegó a 27 dólares el barril.

Ahí está el culpable de esta situación, como pueden ver, muy lejos de Pancho, del H. Consejo y del Dr. Gilberto. Ninguno de los involucrados directos en las noticias relacionadas durante esta semana.

Espero que esta perspectiva ayude a que el altercado se pueda mantener muy lejos del terreno personal, porque una vez entremezclado con la público y lo profesional sus caminos son escabrosos y sus destinos siempre desafortunados.

Estudiante de la Facultad de Contaduría de la UAQ. @lui_uni

Google News