He ejercido por varios años el periodismo deportivo y lo único que presumo es… que siempre hay una historia que contar.

Hablando de medios de comunicación, el periodismo deportivo es de lo que más se consume a nivel mundial, tanto así, que existen canales de televisión e Internet, diarios, estaciones de radio, portales y cualquier medio que se imaginen dedicado exclusivamente a la información deportiva.

Hay una tendencia por darle mucho crédito y reflectores a los espectáculos que más dinero generan, como el futbol de Primera División, el boxeo internacional, el futbol americano, entre otros. Ojo, no estoy diciendo que eso esté mal, al contrario, hay una gran variedad de deportes que hoy podemos conocer y seguir desde la tranquilidad de nuestra casa. Y esta debe ser la meta de nuestros deportistas y de nuestro deporte.

A veces pecamos de sentirnos “intelectuales” al decir que seguimos algún deporte que difícilmente provoca una portada en algún periódico, o nos sentimos expertos al desprestigiar a deportes por el  hecho de que tienen más reflectores.

Toda esa gente me da tristeza, porque donde ellos ven un debate, yo veo una oportunidad de una historia. Historias de gran aprendizaje, como la de un niño jalisciense que sufría bullying en la escuela y comenzó a entrenar boxeo para defenderse, y hoy es el boxeador con mayor peso en México.

Qué fortuna conocer la historia de una mujer de Santa Rosa Jáuregui, que desde los 12 años se mató entrenando en una pista de atletismo y hoy, a sus 24 años, ostenta el récord nacional en salto triple.

Apoyemos a nuestros amigos y familiares deportistas; disfrutemos y sintámonos orgullosos de ellos cuando lleguen a la cima, ayudémoslos a levantarse cuando parezca que todo se derrumba. Seamos felices cuando hayan cumplido su sueño, porque antes de verlos a través de la tv o en carteles de publicidad, siempre habrá una historia que contar.

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