“Uno de los regalos más hermosos que nos da el creador es la maternidad, y no es que demerite la presencia de un padre, quienes también suelen ser amorosos y entregados, sino que llevar un pedacito de ti en tu vientre es indiscutiblemente una gran bendición. Abracemos siempre a nuestras madres, agradezcamos, honremos, no dejemos de hacerlo… Si tienes una madre todavía”.

Hay madres de diversas tonalidades, para todos los gustos y las necesidades, existen las pacientes, las sonrientes, las poco cariñosas y las empalagosas, las que regañan, las que curan, las que sufren con nosotros, las atentas y las buenas cocineras, las amables y las poco gruñonas. Lo cierto es que todas o casi todas pudieran dar la vida por sus hijos e hijas.

Yo tuve una madre maravillosa, me enseñó a lo largo de su vida el concepto del amor puro y entregado, pero, aunque pienso haberla valorado siempre, creo que cuando me convertí en madre, mi amor y agradecimiento creció considerablemente.

Mi madre luchaba siempre sonriente, y lo hizo hasta su último suspiro. Antes de partir dejo sus cuentas saldadas y cinco hijos que, por sus enseñanzas, pudieron despedirse de ella y dejarla ir desde el corazón, intentando no ser egoístas.

Mi madre nos enseñó mucho: a ser fuertes, resilientes, amorosos, a unirnos aún con nuestras diferencias, a respetar y ser tolerantes, a tener fe.

Mi madre, aún a mis 52 años siempre me hacía sentir consentida, amada, pequeña; me acostaba en su regazo y ella con delicadeza acariciaba mi cabeza, prometiéndome que todo estaría bien, aunque yo sintiera lo contrario.

Semanas antes de partir, con esa filosofía de amor innata en ella, me dijo:
—No sufras hija, si me alivio estaré bien y si me muero, también estaré bien …tu tranquila— y besó mi frente, dándome calma.

Hoy por hoy me hace mucha falta, pero el saber que está bien me conforta…

Vaya mi admiración y mi respeto para todas las madres del mundo, por su dedicación, entrega, amor, respeto y sobre todo por estar en nuestras vidas, llenándola de color.

Por eso: “Si tienes una madre todavía, da gracias al señor que te ama tanto, que no todo mortal contar podría, dicha tan grande, ni placer tan santo”… (fragmento de la poesía Si tienes una madre todavía…, de Henrich Neuman).

Te invito a visitar mi página www.gloriavillalobos.com  y revisar nuestro Blog, en el que encontrarás material que te ayudará en esta maravillosa tarea que es vivir en plenitud. Bendiciones para todos.

Gracias por darte el tiempo de leer mi columna. Sigo al pendiente de tus comentarios y sugerencias, ¿qué tema te gustaría que abordara? Exprésate, para mí, es un placer compartir contigo… Linda vida.

Puedes enviar un WhatsApp al 9982412230, dejar tu comentario en mi página de Facebook “Aprendiendo a Vivir” o www.gloriavillalobos.com  o en la página de EL UNIVERSAL.

Frase para trabajar 
esta semana:

“En cada momento 
de mi vida, te tengo 
presente madre… Gracias”

Recomendaciones que pudieran ayudar en el tema que estamos trabajando:
—Libro: La metamorfosis de una madre, de Ana Acosta Rodríguez. 
—Película: “Valiente”, de Disney. 
—Canción: “Lady Laura”, con  Roberto Carlos.

Comentarios y sugerencias: 
Gloria Villalobos Corral 
Terapeuta de Psicología Clínica 
y Programación Neurolingüistica 
gloriavillalobos_3@hotmail.com 
Facebook: Aprendiendo a vivir 
WhatsApp: 9982412230

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