Ha pasado un poco más de dos años atípicos que han registrado en la historia moderna de la humanidad muchos cambios propiciados en su mayoría por el impacto de la pandemia, que a pesar de ir dejando poco a poco a un lado su protagonismo, gracias a los alcances en materia de vacunación, continuará presente por el proceso de mutación del virus y obligándonos a no abandonar de golpe las medidas preventivas.

Hay, en el doloroso saldo de los daños de este tiempo, un importante aprendizaje que es el que debería asumir ese protagonismo con la misma fuerza que lo hacen las adversidades, para que pueda compensar y presentar un panorama más positivo para la propia humanidad.

Sin embargo, estamos enfrentando a nivel global, nuevas y viejas adversidades en materia económica por el abuso de la sinrazón que privilegia los afanes de poder muy por encima de todo lo que en realidad nos debería ocupar para encontrar de nuevo un camino que nos lleve a la recuperación después de este largo periodo de pérdidas.

Pareciera que el diálogo, tan indispensable después de todo lo que hemos padecido, se parece más a esta imagen donde se hace gala de la confrontación y olvidamos que enfrentamos un modelo económico deteriorado, una polarización en las ideologías,  una violencia desgarradora y vemos que la posibilidad de generar acuerdos para revertir lo negativo se pierde en la corriente.

¿Acaso seremos capaces de darnos cuenta que si solamente nos confrontamos y nos olvidamos de los acuerdos, ya no habrá oportunidades con escamas río arriba para todos?, incluido este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

@GerardoProal

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