Ser migrante es una lucha constante por el porvenir y el desarrollo de sus pueblos, ellos utilizan su experiencia y su formación para transferir tecnología, conocimiento y economía para inspirar nuevas formas de pensamiento respecto de problemas sociales, constituyendo un vínculo humano entre culturas y sociedades.

Pero alguna ocasión nos hemos preguntado ¿qué es la migración realmente? ¿Y por qué surge?

La migración nace del desequilibrio económico recurrente, de la desigualdad social y los estipendios variantes y las irrisorias oportunidades laborales. Así que indagar en otros sitios por mejores oportunidades de desarrollo, sosiego, armonía y escapar de situaciones de extrema violencia y penuria se convierten en un desafío que deben enfrentar miles de personas en América Latina y que obliga a deshacer vínculos afectivos y familiares.

No basta con la exclusión social, la discriminación racial e incertidumbre jurídica, que son parte de la vida cotidiana de un migrante, sino que también deben cuidarse y tener presente en quiénes pueden confiar, por ejemplo, tan sólo en la zona serrana hay cerca de 290 desaparecidos desde hace 10 años a la fecha.

En México, la complejidad aumenta debido a que es un país que genera personas migrantes de origen, tránsito, destino y retorno. La situación de vulnerabilidad de los migrantes es extrema, sobre todo de aquella que se encuentra en tránsito. Con el crecimiento de las redes del crimen organizado, los grupos de migrantes irregulares se han convertido en el blanco perfecto de sus embates, esto por la precaria situación en la que viajan, y pueden terminar convirtiéndose en víctimas de trata, abuso sexual, extorsiones, etc.

Las cifras de migrantes en tránsito y situación irregular son alarmantes, ya que ascienden hasta 400 mil de acuerdo con Organismos de la Sociedad Civil, pero lo sorprendente no está en los números que aumentan o bajan, sino en la gravedad ante la indiferencia de autoridades y sociedad.

Después de los lamentables acontecimientos de 26 de septiembre de 2015 en Iguala, Guerrero, en los que 43 jóvenes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa fueron víctimas de desaparición forzada por autoridades municipales, tras varias investigaciones también se descubrieron fosas clandestinas de personas sin nombre, de las que hasta el día de hoy no tenemos ninguna explicación más que la incapacidad gubernamental para garantizar la seguridad pública y reparar el daño a las víctimas. Apenas con estas fosas se principió a visualizar en la escena nacional el grave problema de los desaparecidos, que, según las estadísticas oficiales, ascienden a más de 26 mil personas y entre ellas miles de migrantes, olvidados, porque no pertenecen a ningún lugar.

Como Presidente de la Comisión de Asuntos Municipales y del Migrante de la LVIII Legislatura, estoy seguro de que de las primeras acciones que debemos realizar, se encuentran el asesoramiento a migrantes, para protegerlos a ellos y lo que envían, impartirles una serie de recomendaciones de cómo protegerse y cuáles son sus derechos, para que cuenten con la prevención.

Cabe mencionar que, el pasado 24 de julio, dimos acompañamiento a los migrantes que vinieron desde Estados Unidos a sus hogares para visitar a sus familiares y, como cada año, estaremos realizándolo a fines de éste, porque nunca está de más agradecer y retribuir a quienes tanto nos otorgan sin pedir algo a cambio, a nuestros migrantes que se van en busca de un país mejor.

Diputado Independiente.dip.carloslazaro@gmail.com

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