Hace apenas un par de días, vivimos por primera ocasión una importante y prolongada caída de las redes sociales de Facebook, WhatsApp e Instagram, un evento que se prolongó por más de seis horas y sin lugar a dudas generó una enorme serie de reacciones cuando concluyó dicha contingencia.

Vale la pena realizar algunas reflexiones en tres vertientes diferentes de los alcances de un suceso que al final para muchos se convierte en tan solo una anécdota, pero que en realidad su impacto negativo es mucho mayor en realidad.

La primera vertiente es lo que significa para Facebook, como empresa, con alrededor de 2,450 millones de usuarios en el mundo y siendo la que ocupa el primer lugar en número de usuarios seguida por YouTube  e Instagram y además para  dicha empresa, que maneja y opera las redes que sufrieron el colapso, significó una pérdida de miles de millones de dólares. Sin duda es un duro golpe que pone de manifiesto que también enfrentan riesgos en su operación.

La segunda vertiente corresponde al momento tan controversial que se vive en torno al procesamiento y manejo de la información en las propias redes, donde según los especialistas, los algoritmos de datos y de selección de información que los usuarios reciben tiene más que ver con los temas álgidos para ellos que con los temas útiles, por lo que pudiera llegar a generar más descontento y con ello propiciar mayor polarización en ciertos temas que son del interés de las personas. Ante la enormidad de causas y radicalización de posturas de tanta gente, poco ayuda a las indispensables armonía y sinergias que se requieren hoy para facilitar el encontrar soluciones a una amplia problemática que de suyo tiene la humanidad en la actualidad.

Adicionalmente, en el internet en general, encontramos cada día mayor desinformación y falsas noticias que dañan severamente la opinión pública. Aunado a ello, la cyber seguridad ha adquirido una alta prioridad ante el crecimiento de operaciones financieras y comerciales mediante el uso de la tecnología digital y todos los días enfrentan problemas diversos.

La tercera vertiente es en torno a que cada día el comercio por internet crece en usuarios y operaciones en medios de comunicación que han sustituido las reuniones personales y colectivas en empresas y establecimientos en todo el planeta y han modificado las relaciones laborares que ahora incluyen de manera destacada el trabajo desde los hogares en lugar de las instalaciones de las empresas. Una caída como la que sufrieron estas plataformas, congeló múltiples comunicaciones y operaciones comerciales de millones de personas que usan estos medios más para el trabajo que para el entretenimiento y diversión.

Habrá que contemplar más nuestra dependencia de dichas redes para actividades profesionales y con ello darle una mayor importancia a las cada vez más recurrentes fallas para que las eviten quienes ofrecen los servicios.

¿Será acaso que las nuevas carreteras de la información presentan problemas de tránsito de información al más puro estilo de las carreteras que hoy te demoran caprichosamente el tiempo de traslado a otras ciudades?.

Vaya que se enredaron las redes y que también las utilizamos en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

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