Mis estimados lectores, un fuerte saludo esperando se encuentren bien. Los  días pasados fueron fuertes, lamentablemente el Covid cobró una víctima más, una de las pérdidas dolorosas, ya que se nos adelantó al camino celestial nuestro querido amigo Sax, integrante de la agrupación La Maldita Vecindad, pionera en la historia del ska en nuestro país;  ya de un año para acá se veía mal, hubo la necesidad de internarlo, pues su salud estaba deteriorada, antes de todo ese tipo de circunstancias que lo agobiaron y de igual manera pegaron a la música, quiero platicar  tres momentos en los cuales pude tener un acercamiento con esa máxima figura de la historia musical en México.
Me encontraba en la casa de mi amigo Manueloko Corona, miembro de la banda de ska La Tremenda Korte, platicando alegremente, pues hacia un tiempo que no compartíamos y era el momento adecuado para poder estar echando desmadre y poderle presentar a mi novia Kamyrock, con quien  ya tenía un tiempo pasándola bien; ella (mi novia) siempre fue fan de La Maldita, incluso me platicaba que, cuando era niña, sus hermanos escuchaban a esta banda  y se volvió fan de sus canciones haciéndolas sus favoritas, especialmente la rola de “Solín”, que incluso la cantaba a medias tintas, pues no pronunciaba bien, jajajaja. Bueno,  el punto es que, ya al calor de los alcoholes y las pláticas adulteradas con humo de tabaco, le pregunté: “¿Conoces a Sax?”, y  ella expresó: “¿Cuál Sax?”, sin saber a quién  me refería, cuando de pronto lo ve entrar, vestido de la manera más cómoda, pues se encontraba en esos días avecindado en la casa de nuestros amigos, convivimos con Eulalio y la pasamos alegre al lado de una de las más grandes glorias del ska. Al salir Kamy me dijo: “Este es uno  de los días más importantes de mi vida”.

Estábamos en vísperas del 360 Revolution Ska Fest, un viernes lleno de fuerza, vida, alma y corazón, desde Huehuetoca, un municipio del Estado de México, en donde vibraríamos todos los presentes en ese gran escenario, se presentarían las máximas glorias del ska mexicano, el gran acontecimiento lo cerraría La Maldita Vecindad. Aún recuerdo que presentaba a cada una de las bandas y coreaban ensordecedoras el nombre de cada una de ellas, pero al finalizar cuando se acercaba la hora de Los Malditos se volvió uno solo para recibirlos, el pachuco de hizo presente, comenzó el gran pregonar del saxofón del buen Sax,  ahí fue donde todo se salió de control y la gente comenzó a gritar, saltar y  cantar con el estruendo melodioso de la poderosa Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio, sin duda unos de los mejores espectáculos que pude hacer visto en mi vida.

Recuerdo mis épocas de secundaria cuando me sentía el más galán y quería poner mi huella en cada una de las chiquillas del colegio, eran  los noventas y en donde se podía se realizaban las famosas tardeadas, ya entrados en los alcoholes que nos dábamos en esos momentos y descubriéndonos al amor con los besos prohibidos que da la adolescencia, recuerdo cómo me veía en el reflejo de un espejo bien arremangado con dos compañeras, besándome y tocándome sin temor y mucho menos pudor al más puro ritmo de “Kumbala” y sí,  roja era la luz que alumbraba el lugar donde perdía mi inocencia, aligerada por los sondes de Sax, en ese momento.

Caminando por La Condesa siempre recordaré el taxi cocodrilo que los caracterizó, una pérdida terrible, se va una estrella, el año pasado lo ayudé a bajar las escaleras del lugar donde se presentó con su amigo Manueloko, la vida nos juega pasadas duras, se lleva a quien no esperamos y ésta de verdad que es una sorpresa agridulce, sigamos cantando, brincando y, sobre todo, gozando de la gran música y legado que nos dejó. Soy el Pollo Rock y ahora un ángel más suena en el cielo.

@pollorockmusica

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