Muchos buenos deseos por año nuevo se centran en “que haya salud”. Es lógico, la calidad de vida depende esencialmente de ello. Cinco problemas graves afectan al sector salud en México. El nuevo gobierno ha anunciado un gran cambio, que debe enfrentarlos eficazmente:

1) Exclusión.Al menos 19 millones de personas carecen de afiliación a servicios de salud. 2) Segmentación y trato diferenciado. La salud se vincula al régimen de contratación laboral. Menos de la mitad de la población recibe servicios de salud vía el IMSS o el ISSSTE. El resto de la población solo puede contar con el Seguro Popular. El problema central es que cada “proveedor” ofrece distinto paquete de atención y diferente calidad. Esto genera problemas de salud y grandes cargas financieras, que pueden llegar a ser insostenibles. 3) Mal uso de recursos crecientes. El financiamiento público a los servicios de salud creció sustancialmente de 2000 a 2012, pero la afiliación no garantiza atención y no hubo mejora en los principales indicadores de salud. Se avanzó en “más dinero para la salud”, pero no hubo “más salud por el dinero”. 4) Sobrecarga de emergencias hospitalarias. El funcionamiento del sector salud tiene un sesgo hacia la atención hospitalaria de emergencia como vía de acceso a los servicios, en detrimento de la atención preventiva y de la detección y tratamiento oportunos. 5) Baja exigibilidad y nula rendición de cuentas. Las personas carecen de medios de defensa cuando se les niega el servicio o cuando se les ofrecen citas con meses de retraso, sin que haya rendición de cuentas ni autoridad responsable.

El gobierno ha decidido romper la inercia. El 8 de diciembre anunció un cambio radical: Más que “desaparecer el Seguro Popular” creado por Fox en 2003, se revierte la descentralización en la prestación de los servicios de salud, impulsada por Zedillo en 1996. El gobierno federal reasume la responsabilidad en la prestación de los servicios. Varias de las medidas anunciadas podrían ir en el sentido correcto, sin embargo también hay múltiples riesgos y muchas preguntas por responder. De entrada, el IMSS adquiere un papel central como prestador de servicios. Iniciando por las unidades del régimen no contributivo IMSS Bienestar. Podría ser el inicio de un sistema integrado. Debe priorizar zonas de mayor rezago social, con un modelo de prevención y promoción de la salud.

Para que “haya salud” los cinco problemas deben ser enfrentados a fondo. Desde la sociedad civil, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza les dará seguimiento y exigirá que se logre cobertura universal y acceso efectivo a servicios de salud con equidad y calidad.

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