Hay cosas que caen por su propio peso y adquieren un lugar especial dentro de la cultura de los pueblos. Por ejemplo, cuando la experiencia personal o de una comunidad se comparte al igual que el conocimiento que las personas adquieren se comparte y llega a ser del dominio general, entonces surge la magia de lo que conocemos como la sabiduría popular, la que se construye y retroalimenta a partir de dichos, refranes y otras expresiones que son compartidas en el tiempo, adquieren el invaluable valor de reflejar la certeza de la expresión y se convierte en un sólido patrimonio y  en un legado que pasa de boca en boca y de generación en generación. De igual manera, cuando las circunstancias que propician aprendizaje ocurren en situaciones adversas o difíciles, su valor es mucho mayor para que otras personas, conociendo las posibles consecuencias, hagan o dejen de hacer determinadas cosas para su bien. Aprender de la sabiduría popular es entonces, en términos beisboleros, un “doble play”, ya que nos evita el querer experimentar en carne propia y adquirir en el paquete las posibles consecuencias que le acompañan.

Supongo que cuando el alcance de las circunstancias rebasa todas las fronteras, afecta a las personas sin distinción alguna y tiene un sinnúmero de consecuencias, habrá que decantar muy bien la experiencia aprendida para nutrir esa sabiduría popular en beneficio de actuales y nuevas generaciones. Sería maravilloso que se comprendiera que ante los retos que ya estamos viviendo, no nos podemos dar el lujo de ignorar o desdeñar aquello que nos sirva para evitar debacles, radicalizaciones y enfrentamientos estériles que lo único que propician es alargar en el tiempo el sufrimiento y el dolor y hacer menos accesibles las soluciones a los tantos y tantos problemas que este tiempo ha traído consigo.

Esta fotografía me hace pensar que en las innumerables diversidades que caracterizan a la gente en este mundo, siempre prevalecen las similitudes y unidos en los consensos y los propósitos, lograremos, junto con la sabiduría popular, protegernos de aquello que puede hacernos tanto daño, inclusive en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

Twitter: @GerardoProal

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