Si bien se tuvo una declinación en los contagios del coronavirus durante varios meses, así como disminución de las proporciones de fallecimientos y ocupación hospitalaria en México, se ha podido observar que la tendencia se está revirtiendo y están aumentando los contagios en varias regiones del país, a lo que se le está reconociendo como un rebrote de la pandemia.

Se ha señalado aquí, así como en múltiples medios de comunicación nacionales y en el extranjero, que la pandemia está vigente y que nuevas variantes del coronavirus SARS CoV-2 se han estado extendiendo en todo el mundo, lo que obviamente está sucediendo también en México.

En nuestro país se tiene a la fecha avance en la vacunación, lo que en alguna medida ayuda, pero resulta insuficiente para lograr las condiciones de inmunidad necesaria en la población, a lo que debe añadirse que, al ritmo en que progresa la vacunación, también decrece el tiempo de vigencia de la inmunidad que proporcionan las vacunas ya suministradas, pudiendo así ocurrir diversas consecuencias. Éstas pueden implicar que antes de concluir una primera vacunación general de la población, las personas vacunadas en las primeras etapas del proceso, por ejemplo los adultos mayores, ya no tengan la inmunidad al coronavirus. La población vacunada en México con esquema completo de vacunación, hasta ahora, es de cerca de 20 millones de personas, lo que muestra lo mucho que queda por realizar.

También existe riesgo con las variantes del virus, para las cuales las vacunas suministradas no tendrán la efectividad necesaria para proteger de la enfermedad grave y que por esa razón aumentarán los fallecimientos. Si bien se ha mencionado que vacunas como la Pfizer, Moderna y AstraZeneca logran protección relativa a variantes como la Delta, no se tiene evidencia y certificación sobre los rangos de protección que pueden proporcionar las vacunas que se están aplicando, es decir, no se tiene conocimiento suficiente sobre la efectividad de la protección que brindan las diversas vacunas aprobadas ante las diversas cepas identificadas del coronavirus.

Existen riesgos observables respecto a si se tendrá la capacidad para innovar las vacunas al ritmo en que se están generando las variantes del virus, para tener oportunamente las condiciones y brindar la inmunidad indispensable a la población.

Ya se han estado estableciendo ponderaciones a las vacunas actualmente en uso, en varios países se reconocen la Pfizer, Moderna, Sinovac, Johnson&Johnson y AstraZeneca para certificar la inmunidad de las personas, lo que les permite el ingreso a quienes viajan a esos países (Estados Unidos y la Unión Europea).

De acuerdo con la OMS, la variante más preocupante es la Delta; hasta el 29 de junio, destacó cuatro variantes de preocupación: Alpha, encontrada en Inglaterra; Beta, hallada en Sudáfrica; Gamma, detectada por primera vez en Brasil y Japón; Delta, registrada por primera vez en la India.

Ningún ensayo clínico ha comparado directamente la capacidad entre las diferentes vacunas para protegerse contra las variantes de la cepa original del coronavirus. Aún así, la información que está generándose sugiere que hay diferencias en cuanto a la eficacia.

Ex rector de la UAQ. 
zepeda@uaq.mx  
jalfredozg@yahoo.com.mx

Google News