El Presidente de la República ha dicho públicamente que quiere crear “un sistema de salud pública de primera y gratuito”, millones de mexicanos estamos de acuerdo con él, sin embargo, ese discurso es imposible de realizar ya que la Ley General de Salud establece una cosa distinta.

Y efectivamente, es esa ley, la que el partido oficial modificó en noviembre pasado, donde se establecen dos cosas que claramente hacen imposible la materialización de la frase del presidente: cuotas para los pacientes y atención gratuita sólo en primer y segundo nivel, excluyendo el tercero, justamente donde se tratan enfermedades o padecimientos graves como el cáncer o el VIH enfermedades que son largas, costosas y complejas para los pacientes y sus familias. No hay que perder de vista que un mes de medicamentos para una persona que tiene cáncer puede fluctuar entre 50 y 80 mil pesos, esto hace un pago imposible de cubrir para más del 90% de la población.

En administraciones anteriores, con una visión humanista se gestó el Seguro Popular, que tenía como misión dotar a la población de cobertura médica gratuita y de calidad, con la finalidad de proteger a la población que no tuviera seguridad social. Este programa tuvo mucho éxito en sus 18 años de existencia, al afiliar a más de 53 millones de personas. Como cualquier política pública, dicho programa era perfectible, necesitaba quizá una mejor fiscalización de los recursos y un servicio más eficiente, sin embargo, el actual gobierno decidió eliminar este proyecto de un plumazo.

Por “instrucción” del ejecutivo federal se creó el Insabi, quien hasta la fecha no tiene reglas de operación que permitan un óptimo funcionamiento. Existen múltiples irregularidades, algunas causadas por la mala legislación y otras tantas por la falta de claridad y transparencia en su ejecución, poniendo en riesgo la vida de los pacientes.

Derivado de lo anterior y aunado a las declaraciones del titular del ejecutivo federal, donde señaló que se proporcionará “atención médica y medicamentos gratuitos a todos los mexicanos”, diversos legisladores presentamos una iniciativa para que los mexicanos gocen de la universalidad y gratuidad total en la prestación de los servicios de salud, por lo que —observando los principios de no retroactividad y progresividad de los derechos humanos— se propuso eliminar de la ley cualquier posibilidad de que se realicen cobros por cuotas de recuperación; así como que la cobertura sea en los tres niveles de atención.

Si de verdad el presidente quiere pasar a la historia como un estadista, deberá analizar seriamente acompañar la propuesta presentada hace unos días, con la cual puede hacer realidad sus palabras “dar atención y medicamentos gratuitos a todos los mexicanos”. El gobierno de la 4T necesitará realizar una reestructuración presupuestal, definir sus prioridades y si una de ellas es la salud, cuenta con los votos del PAN para que por fin los servicios que brinda el Estado sean gratuitos y de buena calidad.

La decisión no es menor, el gobierno deberá dejar de pensar en programas clientelares o votos y pensar mejor en seres humanos con dignidad que esperan de una transformación, no discursos populistas sino políticas públicas que den esperanza para un cambio verdadero.

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