Desde el desarrollo de las primeras vacunas contra el nuevo coronavirus, la población global generó sus dudas, entre ellas, cuándo le tocaría vacunarse y si tuviese un costo y cuál sería. Como era lógico y de esperarse, las primeras vacunas que recibió México fueron destinadas al personal de salud. Desde luego era imprescindible realizar esto para proteger a las personas que se encontraran con mayor posibilidad de contacto con el virus.

No obstante, una falla gravísima del Gobierno Federal (GF) es no destinar vacunas para el sector privado de la salud. Qué importa que no sea el ámbito público, es decir, las personas que trabajan ahí no sólo también se exponen al virus con tal de atender y cuidar a los individuos contagiados y quienes podrían infectar a otras personas, sino siguen siendo ciudadanos del país. No tiene sentido que no se les apoye.

En este marco de la vacunación, el siguiente segmento vulnerable de la población, es decir, las personas de la tercera edad, ha comenzado a ser vacunado. Es una alegría inconmensurable la de saber que familiares y conocidos han recibido la vacuna contra la Covid-19. De acuerdo con el GF, poco a poco se continuaría con el subsecuente grupo vulnerable. Sin embargo, aquí se inserta una noticia de hace un par de días que aligeraría las tensiones de muchas personas y permitiría regresar a una dinámica esencial en nuestra sociedad: en las próximas semanas se comenzará a vacunar al personal educativo de instituciones públicas y privadas del país.

Habría cinco etapas de vacunación en esta campaña y cada una abarcaría un número determinado de entidades federativas para atender. Se iniciaría tan pronto como el 20 de abril y cada semana comenzaría un nuevo grupo de estados. Querétaro forma parte del último grupo, teniendo la vacunación del 19 al 28 de mayo, según la información presentada por el GF.

Serían más de 55 mil personas involucradas en el sector educativo en Querétaro, incluidas ahí personal docente, administrativo y afín, y distribuidas en más de cuatro mil instituciones públicas y privadas de educación, quienes serían receptoras de la vacuna Cansino. Desde luego es una muy buena noticia, pero, a pesar de ello, no se puede olvidar hacer conexiones de mera solidaridad y congruencia, es decir, ¿cuál es la razón por la que sí se vacunaría al sector privado de la educación y en cambio que continúe sin vacunar al sector privado de la salud? Vaya, razones de seguro habrá, aunque qué tan válidas sean, eso permanece en el olvido.

Pero invariablemente, la campaña de vacunación representará un respiro a la educación en Querétaro. No sólo la comunidad estudiantil y docente se ha visto atrapada en dinámicas poco conocidas y usadas anteriormente de aprendizaje en línea, sino que la pandemia ha impedido el desarrollo completo del proceso educativo y de aprendizaje, en el que la interacción directa forma parte trascendental en muchas ocasiones. Antes era complicado, pero ahora ya se podría hablar de un regreso escalonado de la impartición de clases presenciales. Y claro, de manera paralela, el hecho de que los estudiantes estén en las escuelas puede liberar las nuevas dinámicas que de alguna manera se han tenido que acoplar los padres de familia, quienes trabajan dentro o fuera del hogar.

Niels Rosas Valdez
Escritor, historiador e internacionalista
niels.rosas@gmail.com
@NielsRosasV (twitter)

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