En los días pasados, la rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Teresa García Gasca, solicitó a las autoridades competentes aplicar al personal educativo una siguiente dosis de la vacuna contra la Covid-19. La petición tiene importantes y sensibles motivaciones detrás. ¿Cuáles son éstas?

Como parte de la campaña nacional de vacunación contra la Covid-19, diseñada por el Gobierno Federal (GF), se contempló vacunar al sector educativo público y privado del país durante el segundo trimestre del año. La intención era proteger al personal de este sector para una posible reintegración a las labores educativas presenciales del ciclo escolar que comenzó en el segundo semestre del año.

De esta manera, de acuerdo con la información presentada por el GF, para agilizar el proceso de vacunación al personal del sector educativo, se optó por dotarle la vacuna CanSino, ya que es una de las pocas vacunas aprobadas por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios cuya aplicación se realiza a través de una sola dosis. No obstante, se estableció que recibir una segunda dosis de la vacuna china tras los seis meses sería una acción recomendada para fortalecer la protección contra la Covid-19.

En este contexto, la solicitud de García Gasca cobra mayor relevancia para la UAQ ya que, como ha sucedido en otras universidades autónomas del país, se planea un regreso gradual a clases presenciales para enero. Ya se había concebido un retorno para el inicio del semestre en turno, pero las condiciones sanitarias cambiaron negativamente a raíz del aumento de casos de Covid-19 en el municipio de Querétaro, provocado por una ola de contagios.

Pero ahora que una gran porción de la población mexicana, incluida ahí estudiantes universitarios, ya está vacunada al menos con una dosis contra la Covid-19, el terreno sobre el que se cimientan los planes de regreso a clases presenciales se ha vuelto más sólido. No obstante, esto no elimina el hecho de que el personal del sector educativo que recibió la vacuna CanSino necesite un refuerzo para protegerse de la enfermedad que ha azotado al mundo entero en los últimos 23 meses.

La propuesta de la rectora de la máxima casa de estudios de Querétaro es que el personal de su institución reciba una segunda dosis de CanSino, o bien, comenzar a recibir la primera dosis de otra vacuna, como la AstraZeneca. Esta segunda opción es mejor vista y apoyada por la comunidad de la UAQ, puesto que de dicha vacuna se tiene plena confianza en sus fases de desarrollo y ensayos clínicos, además de ser ampliamente reconocida en el mundo, por lo que no limitaría el libre tránsito, como sucede en cambio con algunas otras vacunas que no son respaldadas por varios países.

Invariablemente, un refuerzo contra la Covid-19 es un paso esencial e ineludible para el regreso a clases presenciales de cara al siguiente año tanto para la UAQ, como para otras instituciones educativas del estado y del país. Una vacuna en la que confíe la comunidad universitaria sería un activo para la tranquilidad y confianza en las labores educativas, manteniendo el alto desempeño que caracteriza a la máxima casa de estudios de Querétaro.

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