El objetivo de las reformas constitucionales que el Presidente ha venido presentando últimamente no es el de transformar el marco jurídico y al país, es decir no las presentó para ser aprobadas. Las presento para generarle simpatías que espera el día de mañana se traduzcan en votos. De hecho el presidente sabe perfectamente que “no van a pasar” ya que por su contenido y por el enorme daño que ocasionarían al país en caso de ser aprobadas, no lograrán la mayoría necesaria de dos tercios. Es decir, el Presidente cuenta con el voto responsable de la oposición para ser rechazadas. Un ejemplo de ello es la mentada “reforma eléctrica como también lo es la reforma electoral” y también lo será la de la Guardia Nacional.

Los objetivos de presentar las reformas a la Constitución y hasta a diversas leyes que él sabe son nocivas y que por lo mismo serán rechazadas por la oposición, son, además de fungir como cortinas de humo, básicamente dos:

1.- Posicionarse, él y Morena, como “los buenos de la película”, como la fuerza política que sí escucha y atiende las necesidades y deseos del pueblo bueno (ejemplo: La reforma electoral, el presidente sabe que el pueblo está harto del costo que implica cada diputado de tal forma que al plantear la reducción del número de diputados y senadores —léase reducción del dinero tirado en el Congreso— el “pueblo bueno” se lo aplaudirá. Lo mismo ocurre con la reducción del presupuesto otorgado al INE y a los partidos políticos). Y al mismo tiempo empuja a los partidos de oposición a confrontarse con el sentir de la ciudadanía, es decir a quedar como “los malos de la película” y por ende a perder las simpatías de un “pueblo bueno” que en su mayoría no alcanza a dimensionar el terrible daño que ocasionarían las reformas implicadas en caso de ser aprobadas.

2.- Justificar el incumplimiento de las promesas de campaña y hasta las deficiencias y pifias presidenciales. Por ejemplo: Ahora y ante el rechazo a la reforma eléctrica por parte de la oposición el costo del “recibo de luz” será cargado a la cuenta de precisamente la oposición ya que al decir de la 4T: “el rechazo favoreció a las empresas extranjeras por encima de la economía de las familias mexicanas, por ello son unos traidores”. Otro ejemplo, el día de mañana y ante la negativa de los partidos de oposición a seguir militarizando el país rechazarán la anunciada reforma relativa a la Guardia Nacional. Con ello el Presidente le echará la culpa y el costo político de la inseguridad a los partidos de oposición.
Fuente de los Deseos: Ojalá que cada día seamos más los que repudiemos esta estrategia perversa del Gobierno Federal morenista de proponer reformas tóxicas para que éstas sean  rechazadas por una oposición responsable. Ojalá seamos cada día más los que nos demos cuenta de esta estrategia que no hace sino engañar y abusar de la buena fe de las y los mexicanos.

Exsenador de la República

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