Los 223 diputados que votaron en contra de la reforma del sector eléctrico votaron en contra de que se pusiera un candado a la generación de energía eléctrica generada por privados, tal como sucede, por ejemplo, en Francia.
Precisamente por falta de candados de este tipo en los cambios a la ley del servicio público de energía eléctrica, en 1992, y en la reforma energética de 2013, los privados pasaron de no generar nada a generar el 62 por ciento, en 2021; mientras que CFE cayó del 100 al 38 por ciento. Peor aún, las proyecciones, a este ritmo, indican que al final de la década los privados controlarían ya el 85 por ciento, mientras que CFE se quedaría con un marginal 15 por ciento. En los hechos esto significaría la práctica desaparición de CFE, dado que los particulares se habrían apropiado del sector básico: la generación de energía eléctrica. Es claro que después irían por la transmisión, la transformación, la distribución y la entrega final a los consumidores.

La iniciativa de la presidencia de la república buscaba precisamente resolver este problema, heredado de las administraciones panistas y priistas. La propuesta de poner un tope máximo a los particulares, del 46 por ciento era justamente para que el estado mexicano no pierda el control de este sector estratégico. Ese tope lo tiene, por ejemplo, Électricité de France (EDF) y es mucho menor que el propuesto por el gobierno federal, pues en Francia, el estado controla el 84 por ciento de las acciones de EDF mientras que los particulares sólo detentan el 16 por ciento.

El problema que los particulares dominen el sector eléctrico es que son ellos los que fijan las tarifas, tal como sucede en Estados Unidos, en España o en Italia. Y, a diferencia del estado, lo que predomina es el lucro, por lo que, por principio de cuentas, eliminarían el subsidio que actualmente tenemos. Esto explica porque en España, en tan sólo un año, las tarifas aumentaron al triple, en Italia cuatro veces y en Texas, en febrero del año pasado, incluso aumentaron 20 veces.

Una verdadera locura que explica porque unos 10 millones de españoles se hallan hoy en pobreza energética, al no poder pagar las altas tarifas. También explica porque han cerrado en España y en Italia miles de pequeños negocios y porque incluso empresas medianas y grandes han tenido que cerrar algunas de sus plantas (en algunos casos de manera temporal y en otros de manera definitiva).

La reforma trataba de evitar esto, pero los 223 votaron en contra y, por lo tanto, votaron a favor de acercarnos a ese escenario pavoroso. De ese tamaño es su irresponsabilidad.

Presidente del Consejo Estatal de Morena

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