Esta semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador evitó hablar a toda costa de la caída del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, en su lugar advirtió que en el próximo ciclo escolar eliminaría los fines de semana largos o mejor conocidos como puentes.

De aprobarse, esta iniciativa quitaría al turismo una derrama calculada de 14 mil 841 millones de pesos. La cifra corresponde a lo recaudado tan sólo en los fines de semana largos de 2019 y el de este mes de febrero de 2020, de acuerdo con datos de la Secretaría de Turismo federal.

Al respecto, el mismo secretario de Turismo de dicha administración morenista dijo no estar de acuerdo y que se reunirá en los próximos días con el jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, para conocer los detalles de la iniciativa en puerta.

Pareciera que el presidente López Obrador busca darle otro golpe a la economía, pues este decreto creado por el expresidente Vicente Fox en enero de 2006, dice claramente que “tiene por objeto establecer tres fines de semana largos (el correspondiente al 5 de febrero, 21 de marzo y el 20 de noviembre), a efecto de implementar un nuevo mecanismo de promoción turística que favorezca el mercado nacional”.

Pero aunque el gobierno federal evite hablar del tema, nosotros no lo dejaremos pasar.

El Inegi publicó la estimación oportuna del PIB, y arrojó una contracción durante el último trimestre (4T2019) del año pasado de -0.3%, que resulta en un decrecimiento de la economía durante todo 2019 de -0.1%.

El dato representó la primera contracción desde 2009, cuando el PIB cayó -5.3% en el contexto de la crisis económica internacional y de la influenza en México.

En el primer año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador el desempeño del PIB estuvo lejos de la promesa de un crecimiento primero del 6%, después del 4% y ya como última esperanza del 2%, que todavía en agosto pasado pronosticaba el mandatario.

Estos son los factores internos que detonaron la caída del PIB:

Baja Inversión Productiva. El factor más importante para explicar el resultado negativo del 2019 es la caída de la inversión productiva (o inversión fija bruta), que hasta el mes de octubre (último dato disponible) tuvo una caída promedio de -5.35%.

Retiro de las inversiones. La cancelación del aeropuerto de Texcoco fue el parteaguas para que los inversionistas nacionales y extranjeros no confiaran más en México. Muestra de ello es que este año, según la consultora de negocios KPMG, dejamos de estar dentro de las 10 mejores economías para invertir.

Mala distribución del gasto público y subejercicio del mismo. Las prioridades de gasto público en términos de rentabilidad, estuvieron dirigidas a programas sociales y proyectos del sector energético de bajo impacto, auspiciados por la reorientación de recursos públicos que se restaron al gasto en seguridad y a fondos ahorrados.

Hubo un desplome del empleo formal. Los empleos creados en el primer año de gobierno de AMLO sumaron 342 mil 077 puestos, un 48% menos de los que se generaron en 2018, es la cifra más baja en 10 años, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Caída en la producción petrolera. De acuerdo con la Comisión Nacional de Hidrocarburos, la producción petrolera de México cerró su décimo quinto año consecutivo con caídas anuales en 2019, al promediar 1.6 millones de barriles diarios. La cifra se sitúa por debajo de las propias expectativas del gobierno, que esperaba superar los 1.7 millones de barriles diarios.

Y aunque habrá que esperar el dato final del PIB, que será revelado por el Inegi el 25 de febrero, desde esta plataforma hacemos un llamado al gobierno federal, para que tome las medidas necesarias para reactivar la economía y deje de implementar medidas como la eliminación de los puentes que son políticas públicas que no favorecen ni incentivan el crecimiento del país ni de la economía mexicana.

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