De acuerdo con la Constitución de 1917, los diputados son los representantes de la nación, por que fueron elegidos por el voto del pueblo, y su labor principal es la de realizar leyes en beneficio de los ciudadanos. Pero en este país la mayoría de los representantes populares solamente encarnan la sumisión.

No cabe duda de que la razón nos asiste cuando decimos que el PRI y el PAN representan los mismos intereses, el mismo proyecto y los mismos grupos de poder del país. Los diputados federales que integran la Comisión del Trabajo y Previsión Social dieron muestra de ello en la última sesión de trabajo, el pasado miércoles 7 del presente mes, al aprobar con modificaciones del dictamen a la minuta de la reforma laboral que regresó el Senado de la República. Legisladores del PRD, PT y Movimiento Ciudadano presentaron reservas a cuatro artículos, los 371, 373, 390 y el 388 bis, y fueron rechazadas las correspondientes a las dos primeras por PRI, PAN, PVEM y Nueva Alianza; en el caso de los artículos 388 bis y 390 se decidió que la definición se pasara al pleno porque al ser votados registraron empate. ¿Qué fue lo que pasó? Que los diputados no quisieron debatir y analizar dicha minuta, traían consigna de sus patrones de aprobarlo al vapor.

Pero lo peor es que estos diputados votaron a ciegas y no saben las implicaciones que se tendrán. Veamos: para el artículo 371, uno de los modificados, se establecía en la versión del Senado que la elección de la dirigencia sindical sería “mediante voto libre, directo y secreto”. La redacción aprobada por la Comisión del Trabajo establece que este tipo de elección se llevará a cabo a través “de votación indirecta y secreta o votación directa y secreta”. En la modificación se incluyó la posibilidad de que esa elección se realice de manera directa, pero también indirecta. ¿Qué quiere decir? Que mantengamos el corporativismo charro de la dirigente vitalicia Elba Esther Gordillo o de Romero Deschamps.

Y hay más todavía. Al artículo 373, sobre la rendición de cuentas a los trabajadores, le quitaron un párrafo que establecía: “Se deberá entregar un resumen de esa información a cada trabajador sindicalizado dentro de los 10 días siguientes de cada periodo”. En el documento de la comisión se eliminó el artículo 388 bis, que no figuraba en la iniciativa original que envió el Ejecutivo y que fue agregado por el Senado en la minuta. En ese artículo se establecía que los trabajadores pueden rechazar la celebración de algún contrato colectivo de trabajo con el voto de cuando menos las dos terceras partes, y elegir a alguno de los sindicatos solicitantes de dicho documento, con el voto de la mayoría relativa de participantes. Por último, fue eliminado el artículo 390, que mencionaba que no se podrá depositar el contrato colectivo cuando no se acredite el cumplimiento de lo establecido en el artículo 388 bis.

Los que pudimos observar el debate por el canal del Congreso vemos que los diputados de la derecha están sometidos y obedecen a lo que les ordenan los poderes fácticos del país. Perdieron la oportunidad que se estaba generando en el Senado de sentar bases de relaciones democráticas dentro de la vida sindical del país. Estos traidores tienen nombre, y lo peor es que sostenemos a estos oportunistas. No son dignos de representar a la nación: José Alfredo Botello Montes (PAN), Fernando Salgado Delgado (PRI), Antonio Cuéllar Steffan (PVEM), Esther Quintana Salinas (PAN) y Tomás Torres Mercado (PVEM).

Presidente estatal de Morena

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