El futuro de Querétaro tiene un pronóstico extremadamente reservado, por un lado se encuentra el voto duro del panismo que durante ya algunas décadas ha predominado en nuestro estado y por otro lado se encuentra el amplio sector que en los pasados comicios electorales, hicieron a nivel estatal, que el compañero presidente Andrés Manuel López Obrador se levantara con el histórico triunfo que lo llevó a la silla presidencial después de dos elecciones  que perdió, sin dejar de señalar que en ambos casos el fraude electoral fue comprobado por académicos relacionados con el ámbito electoral.

Por parte de Morena, como el único partido-movimiento, no sólo a nivel estatal sino también a nivel nacional, existen diferentes perfiles, todos ellos de gran nivel que podrían competir por el Poder Ejecutivo Estatal y que brindaría una alternancia auténtica en la vida política de nuestro Querétaro, que ha sido cuna de las tres transformaciones que la vida pública de México ha vivido a lo largo de su historia, misma que se caracteriza por la lucha constante por liberar al pueblo del yugo impositivo que en más de una ocasión ha buscado establecerse como un poder único e inamovible.

De manera paralela, en Querétaro, se ha ido organizando una generación de estudiantes, académicos, intelectuales, empresarios, emprendedores y miembros de la sociedad civil organizada que de manera voluntaria y responsable han sumado voluntades, en más de una ocasión, para crear un proyecto de desarrollo estatal que incluya no sólo los interéses de la oligarquía local, sino que dentro de su formación existan las voces de todas y todos aquellos que jamás la han tenido, la cosmovisión originaria de nuestro pueblos nación y en especial una propuesta prometedora del futuro que como entidad  urge ofrecerla a las siguientes generaciones de jóvenes que anuncian su incursión en la vida económica activa, con nuevos bríos y una creatividad altamente envidiable.

Sin duda alguna, el próximo proceso electoral estará plagado de escenarios pocos convencionales y la exigencia del electorado queretano tendrá exigencias mayores y mucho más certeras que en otras elecciones en donde el voto de castigo había sido su único instrumento para alternancia.

En el 2021 no se repetirá esta constante y será la elección informada y las convicciones de cambio las que definirán si la alternancia nuevamente se vive en un Querétaro, que día con día se aleja del estigma conservador y que al transcurrir del tiempo encuentra en su pluralidad cultural la oportunidad histórica de darle una giro a la vida pública del lugar dónde vivimos.

Sigamos sumando a elevar el nivel de debate en un Querétaro que exige un gobierno que lleve el bienestar general a todos los rincones de la entidad, sin distinción alguna y con la convicción de que el progreso será para todos o no será.

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