Diciembre me gustó pa’ que te vayas, parece decir mucha gente a este año 2015 que ha sido vertiginoso y turbulento en muchos sentidos y ha traído un sinnúmero de acontecimientos y novedades a lo largo y ancho de este mundo que día a día girando escribe su historia y observa como los seres humanos cambian o destruyen las propias y las de otras personas.

Me llama mucho la atención como transcurren los días con mayor prisa y en ocasiones a una velocidad que nos hace recordar cuando de niños o adolescentes, literalmente trepados en juegos mecánicos de feria, llegaba un momento en que nos invadía la sensación del movimiento extremo y en consecuencia la cierta urgencia de detener el juego para bajar y colocar de nuevo los pies en la tierra.

Hablando de colocar los pies en la tierra, se antoja de lo más difícil en la actualidad. Hay una severa escasez del más preciado tesoro que puede tener cualquier ser humano y más aún quienes toman decisiones que afectan a los demás, se llama “sentido común”. No atino a entender como el pequeño espacio entre los pies y la tierra puede llegar a alterar tanto el pensamiento. Acaso es probable que ese aumento en la velocidad de la vida diaria nos haga “flotar” en la ausencia de todo lo que significa compromiso, corresponsabilidad, participación comunitaria y más.

Este año ha estado marcado por noticias como la amenaza que para Occidente significa el Estado Islámico; la incertidumbre económica por los efectos del precio del crudo; la inseguridad y violencia que ensombrecen a muchos rincones de nuestro país; Cuba y Estados Unidos inmersos en una esperanza que se dilata; en Venezuela, apenas hace un par de días el pueblo le da la espalda al Chavismo. Así podemos enumerar temas generales y poco a poco llevarlos a ámbitos más cercanos y tocar necesidades más propias y locales.

Querétaro sigue siendo una entidad diferente y queremos que siga siendo orgullo de quienes la habitamos. Los gobiernos estatal y municipales que iniciaron hace un par de meses, están en proceso de acomodo y generaron una amplia expectativa que se podrá ir dimensionando en el correr del 2016 ante los retos más sentidos que significan el erradicar el hambre y la ignorancia, así como combatir la inseguridad y establecer estrategias de movilidad que nos lleven a encontrar una alternativa al uso del automóvil, entre muchas otras. Pero insisto en que la visión de que tipo de ciudades o entidad queremos ser, depende también de todos quienes formamos parte de la sociedad civil.

Siempre es bueno hacer un pequeño alto en el camino y revisar lo andado. Somos seres de ciclos. Nuestra vida en este convulsionado mundo es justamente el ciclo más importante para nosotros, pero a lo largo de la misma, hay muchos otros que inician y terminan cuando menos lo imaginamos y en las circunstancias que menos esperamos. Por ello hay que detenernos y revisar, no solo lo que ocurre a nuestro alrededor, sino también todo lo que hemos hecho y lo que ocurre a nuestro interior. También es sano revisar donde estamos, en relación a donde queríamos estar al inicio de este 2015. La distancia puede estar marcada por sueños no alcanzados. Algunos de los más acariciados, se convierten en ocasiones en roca y entonces debemos iniciar otra vez y de nuevo picar piedra. Solo así podemos acortar distancia y acercarnos a lo que deseamos a la velocidad indicada y correcta, la que se alcanza si se conduce la vida con valores, convicciones y perseverancia.

Cuando las circunstancias y las contingencias se cruzan por nuestro camino, las cosas dan giros inesperados y de repente las cosas nos favorecen o se nos complican con el azar y con una velocidad a la que no estamos acostumbrados quienes vivimos por lo menos el último cuarto del siglo pasado en un México y un Querétaro muy distintos, pero también conocemos de parte de las ventajas de la modernidad del actual. En fin, está por cerrarse un año en unas semanas e iniciar otro nuevo, es el espacio ideal para la reflexión, los buenos deseos y la renovación de propósitos. Que este año que concluye nos deje con salud, con bienestar, con empleo, com amor y una buena dosis de sentido común para seguir disfrutando este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

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