Está probado y comprobado que los mexicanos, culturalmente vemos muy mal el equivocarnos o fallar. En cambio, en Estados Unidos todo buen empresario tiene en su historial uno o más fracasos y eso está muy bien. Seamos sinceros, todas esas frases de “fracasas si realmente no aprendes algo”, o “no fracasé, si no encontré otra manera de que no es”, sí tienen algo de razón. Los fracasos se pueden sentir horribles, pero a la larga te enseñan mucho más que un acierto. Pero en esta ocasión de lo que quiero hablar es de la perfección, lo bueno y malo que puede traer a nuestra vida tanto en lo personal como en lo laboral.

No sé si sea ocasionado por el exceso de comunicación, las redes sociales, o qué; pero creo que ya es muy común que volteas a ver a los demás y sólo vemos vidas semi-perfectas o “perfectas”. Y lo pongo entre paréntesis porque todos sabemos que eso no existe. Mucho se ha hablado de que en redes sociales vemos únicamente las cosas positivas, logros, momentos felices, cuerpos perfectos, negocios exitosos, y obviamente pocos nos atrevemos a subir esos días que te sientes mal, que no estás motivad@, que te encuentras en medio de una crisis, etc.

Esa necesidad de encontrar tu felicidad plena, vivir siempre en paz,  ha hecho que  seamos los más exigentes.

Hace algunos días estaba platicando con mi hermano sobre la vida, trabajo, y más, me di cuenta de la presión que a veces sentimos por tomar decisiones correctas todo el tiempo, de cuestionarnos y pensar mucho sobre nuestro futuro.

A lo que me refiero es: antes, y lo digo porque lo he platicado con mis papás, la gente seguía un camino. Estudiaban, se graduaban y trabajan. Algunos llegaban a cuestionarse y aventarse en el mundo del emprendedurismo, se casaban, tenían hijos crecían en sus trabajos, o cambiaban si así la vida los llevaba… es decir, fluían por el camino sin cuestionarse tanto sobre si es o no es, está bien o  mal.

En cambio, ahorita veo que mucha mucha gente vive con este tema de dar un paso pensando pros y contras, casi casi haces un análisis FODA de cada decisión por más mínima que sea, esperas la súper idea de negocio para estar seguro de que vaya a funcionar, si quieres hacer un cambio en tu empresa lo pensamos , ya que el futuro nos presiona mucho. Estamos en una época de sobrepensar las cosas y esto ocasionado por esa búsqueda de la perfección.

Esta increíble siempre buscar dar lo mejor, esto ayuda muchísimo cuando tienes tu propio negocio, ya que te aseguro haces todo con tanta entrega y pasión que no hay manera de que las cosas no salgan como las quieres.  Pero también creo que hace que por momentos podamos dejar de disfrutar el camino, o no demos pasos por miedo. Intentar la perfección te puede llevar a paralizarte.  Negarte tanto al fracaso hace que si te llega a suceder lo sientes como la tragedia más grande. Te lo digo como es; si eres empresario tienes que aceptar que no eres perfecto porque vas a fracasar, quizá algunas veces mas feo que otras pero de qué vas a fallar lo vas a hacer. Después vas a levantarte con más fuerza cada vez, la clave de todo es perderle el miedo al fracaso ya que te lo juro que es un requisito para llegar al éxito.

Google News