Para muchos, la política es una actividad desvirtuada que encuentra por momentos, hechos que la acreditan, pero que no obstante, el malestar acumulado que ha anidado en la gente, hace que la poca paciencia que se tiene, eche por la borda los buenos esfuerzos que invariablemente muchos hacen ante aquello que suele caracterizarla. Hay que decirlo, a la política suelen acompañarla temas que no son los mejores.

Sin embargo, soy un convencido de que la política será siempre la mejor manera de alcanzar los objetivos más elevados que la humanidad se proponga y eso es algo, que nunca deberemos perder de vista.

Como nunca, los ánimos sociales se encuentran crispados, fluctuando entre el sentimiento de quienes gobiernan y de quienes se oponen, tratando cada uno de ellos de imponer la propia visión de las cosas, aquello en lo que se cree, por lo que se actúa y por lo que, recurrentemente, se acaloran los debates.

Estando por cerrar el presente año, debemos dar paso a la oportunidad que nos representa a todos un nuevo ciclo, algo es claro, los ánimos enfrentados no habrán de llevarnos nunca a buen puerto. Quizá por ello debamos valorar hacer las cosas de forma diferente, en donde la tolerancia a quienes piensen distinto  nosotros, sea el sello que nos distinga en nuestra manera de ser y de hacer política.

Algo es claro, el encuentro de algunos y el enfrentamiento de otros tantos, puede significar el tropiezo de muchos y ello no abona en nada para lo que todos queremos y aquello a lo que todos aspiramos, que a México y a cada uno de nosotros, nos vaya bien.

Por eso pienso que no debemos dar pauta a aquel tipo de política que plantea cualquier tipo de enfrentamiento entre los mexicanos, eso no lleva a nada bueno, bien al contrario, debemos estar pendientes por encontrar los puntos de encuentro que nos permitan seguir avanzando, todos, por una senda que nos implique beneficios a todos.

Que nunca la apuesta sea el tropiezo de quien transita a nuestro lado, que nunca nuestro avance se planteé a partir de hacer caer al otro, siempre he creído que es posible prestigiar la política a niveles que antes no hemos imaginado

Pensar que la política no tiene remedio, es un pensamiento simplón y derrotista que tampoco abona, por ello es deseable que nunca se pierda la ilusión, porque el día que eso ocurra, la política dejará de ser lo que hoy es, para convertirse en otra cosa menos en política.
Cierro deseando a todos un 2020 lleno de salud y parabienes, que nos permita a todos desplegar aquello que nos hace felices y que es el motor de nuestras vidas. ¡¡¡Felices fiestas!!!

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