Durante poco más de seis meses, los mexicanos hemos sido testigos del nacimiento de una nueva oposición compuesta por integrantes de la clase media, media alta, alta y toda clase de “suspirantes” a pertenecer a alguna de estas. Y con franqueza lo expreso, me da gusto ver que un sector que parecía inexistente ante los complicados episodios que ha vivido México los últimos 90 años, haya encontrado en la llegada de Andrés Manuel López Obrador, el momento perfecto para hacer un ejercicio crítico, pero pocas veces objetivo del presente y futuro de nuestro país.

Desafortunadamente, esta nueva generación de críticos y opinólogos sustenta sus afirmaciones en datos falsos, omisión de los mismos y en toda clase de caminos para desinformar a una sociedad necesitada de actos contundentes que reflejen implementación de justicia ante la milenaria lista de atropellos que como pueblo hemos sufrido. Eso es popularmente conocido como amnesia obligatoria, sí, la clase política-empresarial que hoy se rasga las vestiduras con la implementación de diferentes programas y en general con la nueva política pública que implementa el actual gobierno, olvidó su histórica indiferencia y complicidad ante las situaciones más lamentables en la historia moderna de nuestro país.

Si no lo cree y el inicio de mi colaboración le genera alguna duda, me permito ejemplificarlo en el siguiente caso:

A partir de que Trump, amagó con implementar diferentes aranceles, distintas voces han señalado que existe un acuerdo “secreto” en la negociación realizada por Ebrard con el gobierno de EU, esto obedece a un ejercicio crítico sin fundamentos y evidentemente del desconocimiento que existe en política exterior. El trabajo del titular de SRE fue ejemplar, evitó una crisis que hubiera sido letal y con ello orilló a que nuestro país implementara una estrategia migratoria dentro del marco de la ley y con el respeto a los derechos humanos.

Desafortunadamente diferentes miembros de la clase política (la mayoría de ellos alejados del trabajo y la lucha a favor de los sectores más desprotegidos), iniciaron una campaña de odio y manejo amañado de la información respecto a lo que sucedería en la frontera sur. Primero se quejaron de la supuesta militarización de la zona, cuando justo ellos los últimos 18 años han buscado implementar un sistema militar, después criticaron la forma en la que se hará el registro de los migrantes que cruzan nuestro país en la incansable búsqueda del “sueño americano”, cabe recalcar que dicho registro obedece a un sistema de protección y acompañamiento para así garantizar el respeto irrestricto de sus derechos.

Su última ocurrencia es una fuerte crítica por la asignación de recursos del llamado Fondo Yucatán del cual se ha destinado la cantidad de 129.7 millones de dólares a 16 proyectos. Pero para sorpresa de muchos este fondo fue aprobado en el sexenio anterior y parte de la planificación estipulaba que serían invertidos entre el año 2012 y 2016, cosa que no sucedió.

Ante una crisis migratoria, López Obrador brinda un recurso previamente autorizado para fomentar el desarrollo en nuestros vecinos del sur y puedan mejorar sus condiciones para que la migración solo obedezca a una convicción personal y no a un camino para huir de la pobreza. Más allá de un trabajo de política exterior es un acto humanitario, es un acto de responsabilidad y es parte fundamental para que México y Centroamérica tengan posibilidades reales de desarrollarse económicamente.

Como este caso, existen muchos otros, por eso desde esta trinchera editorial que me brinda uno de los periódicos más importantes de México, me despido con dos claras peticiones a la nueva oposición:

¡No más desinformación!

¡Sean más creativos!

Coordinador de los diputados locales de Morena

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