Tres cuartas partes de la gente de Querétaro recibe atención médica a través del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), por ello se convierte en el instituto de salud de mayor relevancia, pues su falta de operatividad pone en jaque a tres de cada cuatro personas que viven o están en nuestro estado.

Hay diferentes versiones, sobre todo de los legisladores y funcionarios de Morena, que mencionan que el desabasto de medicinas es responsabilidad del gobierno estatal. Por eso es importante hacer una distinción entre las formas en las que se adquieren las medicinas, destacando que en principio las compras consolidadas se llevan a cabo por la administración federal, específicamente a través de la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Esto representa, aproximadamente, un 60% del total de medicinas que se mandan a nuestro estado, y el restante 40% es adquirido directamente por la delegación estatal quien se encarga de abastecer los medicamentos mediante licitaciones.

Con la cancelación y el veto que vino del Presidente a las distribuidoras farmacéuticas, hubo un atraso desde el año pasado en el abastecimiento. Cabe resaltar que gracias a la buena relación que el gobernador, Francisco Domínguez Servién, tiene con gobierno federal basada en el respeto y la concordia, se obtuvieron 60 millones de pesos para comprar medicamentos en 2019 y este año la federación envió 13 millones de pesos extras. Lo que sucedió es que el propio gobierno federal, al no cumplir con los tiempos de entrega, facilitó los recursos al estado para que éste adquiriera por su cuenta los medicamentos.

El retraso en el abastecimiento de medicamentos se debió a que el Presidente prefirió comprar directamente a los laboratorios y, efectivamente es más barato, sólo que hay un problema: los laboratorios no transportan las medicinas.

La logística que se requiere para que esas medicinas lleguen a los centros de salud no son un flete cualquiera, los medios de transporte deben contar con múltiples requerimientos como permisos por parte de Cofepris. Y algunos medios de transporte requieren de refrigeración para trasladar medicamentos como las insulinas.

Toda esa logística ha generado costos tanto financieros como en la salud, pues haber prescindido de las distribuidoras salió más caro que haber comprado con ellas. Y los atrasos de entregas ya han tenido efectos fatales en la salud de las personas.

Esta situación ha llevado al IMSS a negar 31 mil 480 recetas en los primeros quince días del 2020, que suman más recetas negadas que en 2018 y 2017. Los datos que arroja Transparencia, de acuerdo a una solicitud de información que hicimos, nos dice que del 1 al 15 de enero las recetas emitidas fueron 142 mil 311; de seguir con esta tendencia, si esto lo multiplicamos por tres —pues ya llevamos poco más de 45 días transcurridos del año—, se habrían emitido 426 mil 933 recetas hasta el 15 de febrero, de las cuales no se habría surtido 30%, aproximadamente 94 mil 440 recetas.

Parece poco, pero pensar que alguna de esas 94 mil 440 personas que no tienen medicinas en tiempo y forma puede ser alguno de nuestros familiares, nos hace reflexionar mejor las cosas y nos invita a resolver esta problemática lo más pronto posible.

Es por eso que hago un llamado para que los funcionarios del gobierno federal en turno resuelvan lo que les corresponde, que desde nuestra trinchera, nosotros en Querétaro, haremos lo mejor para tener un sistema de salud de calidad para las y los queretanos.

Google News