Escribo esta columna montado en un avión que sale de San José, allá abajo recién los "ticos" han vencido a Grecia, no cabe un gramo más de felicidad. Sería lo más lógico pensar que la euforia mundialista ha invadido Costa Rica y su alegría me ha contagiado, pero prefiero pensar que las personas del país más feliz del mundo, según el Índice del Planeta Feliz del New Economist Foundation, me han sorprendido porque así son todo el tiempo. A los mexicanos nos da siempre por comparar el fútbol con la vida real y comentamos que la mentalidad de los jugadores es un reflejo de la de nuestra sociedad. Y ahí estamos, lidiando con indicadores, tratando de incrementar nuestro PIB, obsesionados con "crecer" y enfocados en las cifras que siempre hemos creído son las correctas. Pero curiosamente los países que han visto crecer más su economía, no son necesariamente los que tienen mayor impacto en la felicidad de su gente. De hecho solo Bután tiene como política oficial medir el desempeño de sus gobiernos consultando a su población sobre lo felices que son. Y antes de caer en la trampa de etiquetar como "soñadores", "mediocres" o peor aún "conformistas" a quienes se preocupan más por ser felices, resaltemos dos cosas: la primera es que Costa Rica (sin estar siquiera dentro de las primeras 50 economías del mundo) ha logrado en esta Copa Mundial lo que México no ha conseguido en más de 20 años. Y la segunda, que la gente motivada es muchísimo más productiva en sus trabajos pues el coraje bien canalizado puede producir mejores resultados que cualquier otra herramienta laboral. Por supuesto para que esto sea sustentable, también tiene que ir acompañado de esfuerzos en lo económico, lo político y lo medio-ambiental. No sé hasta donde le alcance al país Tico, pero sí sé que tienen en sus manos la receta que habíamos buscado acá por mucho tiempo: se han demostrado a sí mismos su potencial, muchas generaciones nuevas han experimentado de lo que son capaces y si sus líderes lo capitalizan, el éxito se puede extrapolar a toda actividad. Si la chiquilla que vi con una playera de su selección que en el dorsal tenía escrito "Costa Rica, Somos los Matagigantes" se la cree de verdad y si ese fenómeno se convierte en mentalidad generacional, habrá mucho más de que hablar sobre este país centroamericano por mucho tiempo. Pero si esperan sentados a ver qué ocurre para estudiarlo después, todo se convertirá en una anécdota divertida digna de recordar con los años, pero nada más. Eso sí que sería una pena. Así que para México viene el momento de hacer las preguntas correctas para obtener las respuestas correctas. Dar a la gente solamente pan y circo para que esté contenta es un truco gastado, cínico y vulgar, porque la felicidad tiene que emerger de saber que en lo cotidiano se está andando por un camino correcto. Debemos sentirnos satisfechos solo cuando veamos que hay una agenda sustentable que no sólo presta atención a los datos económicos, sino que privilegia también a las personas y al medio ambiente. Nuestra agenda particular: explorar nuestros potenciales empezando por el potencial de la felicidad. Suena romántico y subjetivo, pero los resultados pueden ser magníficos. Dato curioso: en Costa Rica se puede beber agua potable de la llave... ¡Como en Europa! ¡Fara fara farachín! *Maestro en Arquitectura con estudios en Alta Dirección, Contexto Económico y Sustentabilidad. Más de 5 años desarrollando empresas.

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