Concluye el año con el debate sobre publicidad gubernamental en México, su uso discrecional y los peligros que representa para la libertad de expresión y el derecho a la información. Qué bueno que se ponga sobre la mesa. Es necesario.

El dinero de todos los contribuyentes destinado a medios públicos, privados, electrónicos, nacionales, locales debe ser regulado o eliminado. Sobre el tema, vale la pena seguir el trabajo de especialistas como Raúl Trejo Delarbre.

El análisis de los propios espacios de comunicación es de gran valía. El miércoles 27, por ejemplo, Antonio Martínez difundió en Huffington Post un interesante texto sobre la nota de The New York Times. Por su parte, ayer Roberto Rock escribió otro en EL UNIVERSAL donde contextualiza e incluye elementos importantes a considerar.

Es hora de ver el mapa completo de un modelo perverso de uso de recursos públicos que lejos de ser utilizados para informar se vuelven un gasto obsceno y una amenaza para la golpeada democracia.

La resolución de la Suprema Corte del pasado 15 de noviembre abrirá la discusión en el Congreso para legislar sobre este tipo de propaganda. Fundar y Artículo 19 presentaron una muy oportuna guía de principios que el proceso debe considerar.

La acción social frente a excesos de burócratas, actos de corrupción o promesas incumplidas (como la de Peña Nieto, precisamente sobre publicidad oficial), es vital.

Así que tomemos aire. Se avecina un primer semestre del año intenso. Arrancan campañas.

Los spots irrumpirán sin piedad. Los bots y las personas pagadas golpearán y difamarán en redes y portales.

Estemos listos para la guerra sucia, noticias falsas, posverdades, promoción disfrazada de información, lucha de encuestas, candidatos funcionales adornados de independientes.

Alistémonos para la triste realidad: elegir a la persona que ocupará Los Pinos entre alguno de los candidatos o candidatas que estarán en la boleta. En uniones amorfas, sin más fin que el pragmatismo para la obtención de votos y repartición de huesos. Opciones autoritarias y conservadoras.

¡Ni un solo progre! Ni modo, eso es lo que habrá.

Pero, más allá de quien llegue a la Presidencia, su actuar estará bajo la lupa de periodistas, defensores de derechos humanos, activistas, académicos, empresarios, hartos de trapacerías y una comunidad internacional atenta a las pulsiones corruptas y violatorias de derechos.

Continuarán las develaciones y exigencias a través de hashtags como #FiscalCarnal, #LeyGolpista, #SeguridadSinGuerra, #LaEstafaMaestra, #GobiernoEspía, #Odebrecht, #LasEmpresasFantasma, #NiUnaMenos, #LosVideosSecretos, #LasMujeresDeAtenco, etcétera.

Es tiempo de la sociedad.

Como dijo Estela en el evento de reconocimiento de inocencia y disculpa pública del Estado mexicano a su madre y otras dos mujeres hñahñu acusadas y encarceladas injustamente: “En pie de lucha por nuestra patria, por la vida y por la humanidad. Hasta que la dignidad se haga costumbre”.

¡Les deseo lo mejor en este 2018!

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