México es uno de los países que menos pruebas de Covid aplica en su población. Muchos contagiados no saben que lo están y esparcen la enfermedad. Lamentablemente, hay los que mueren sin diagnóstico y no quedan siquiera registrados en los fallecimientos por coronavirus. La pandemia ha sido más letal de lo que se reporta cada tarde en las conferencias de salud. Hay un subregistro reconocido por las propias autoridades.

A la reducida aplicación de pruebas diagnósticas ahora se suman las pruebas falsas. Este diario lo documentó recientemente. Basta darse una vuelta por el centro de la Ciudad de México y hacer escala en Santo Domingo para obtener una constancia de que no se tiene la enfermedad. Los documentos que expiden los laboratorios se falsifican y venden con la misma facilidad que los certificados de estudios. La diferencia es que un falso licenciado puede ser patético, pero un falso negativo de Covid puede ser letal.

El 16 de marzo la noticia se escuchó aquí y explotó en Argentina. Decenas de jóvenes de ese país que celebraron su graduación con un viaje a Cancún abordaron el vuelo de regreso a Buenos Aires con resultados de PCR negativos. Al aterrizar les aplicaron pruebas de nuevo y resultaron positivos. Los padres de esos adolescentes pagaron 100 dólares por la prueba diagnóstica a un laboratorio privado elegido por la agencia que gestionó el viaje. Pagaron también un seguro. Si esos alumnos hubieran dado positivo a Covid estando aún en Cancún, la agencia de viajes habría tenido que hacerse cargo de las dos semanas reglamentarias de confinamiento con todo lo que eso implica en gastos: estancia, vuelo, alimentación y cuidados, además del pago del pasaje de un padre para cuidar del mejor durante esos días. El seguro de viaje incluía esa cláusula.

La Secretaría de Turismo de Quintana Roo sostuvo en un primer momento que los distintos resultados en las pruebas aplicadas podrían deberse a los tiempos de incubación del virus. En Argentina no fue suficiente ese argumento. Daniel Gollán, ministro de salud de la provincia de Buenos Aires, declaró con contundencia que “se están falsificando los resultados de PCR, lo cual es gravísimo y pone en riesgo no solo a la persona sino al conjunto de gente que viajó en el avión porque ya no es uno el contagiado sino 30 o 40”.

La Dirección Nacional de Migraciones de Argentina denunció la aplicación de pruebas irregulares en Cancún. Ante eso, el titular de la Comisión Federal de Protección y Riesgos Sanitarios (Cofepris), Miguel Ángel Pino, informó que hallaron anomalías en la documentación y en el equipo durante la inspección que hicieron a las instalaciones de Marbú Salud. El laboratorio ya fue clausurado. La confianza de muchos viajeros seguramente quedó clausurada también. No tan fácil te animas a vacacionar en un lugar en el que ni pagando las pruebas puedes saber si tienes o no Covid.

En la mayor parte de los países exigen una prueba negativa para entrar. En algunos casos se pide cumplir con algunos días de confinamiento. México, en contraste, no solicita absolutamente nada. Albania, Haiti y Macedonia son de las pocas naciones que nos acompañan en esta medida. No se entiende la lógica detrás de esta decisión. Evitar que personas contagiadas aborden los aviones es proteger a los viajeros, a la industria turística y a los mexicanos que podrían entrar en contacto con quienes aterrizan enfermos. ¿Por qué la salud de quienes se exponen, contagian o hasta mueren atendiendo a los que vienen contagiados no es suficiente razón para exigir pruebas diagnósticas?

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