En ésta década habrá una segunda guerra fría entre Estados Unidos y Rusia, país que pretenderá aliarse con Alemania. Aquélla estará resuelta a fortalecer su ejército y con ello se sentirá segura de plantear un desafío al poderoso imperio norteamericano.

En los próximos tres años Estados Unidos buscará una alianza militar con algunos países de Europa del Este, hasta formar lo que podría denominarse El bloque polaco.

Alrededor del 2020 Rusia se derrumbará debido a la presión económica y política de la segunda guerra fría y a las diferencias con las repúblicas y comunidades que alguna vez fueron sus súbditas. Por esas fechas, China también se fragmentará política y culturalmente. Si bien seguirá estando unida, su gobierno centralista perderá gran parte del control.

Para entonces crecerá la alianza de Japón con una nueva potencia: Turquía. Este país asumirá el liderazgo de todas las naciones de la región y de la ideología musulmana. Entre ambos prepararán, a mediados del siglo XXI, un ataque sorpresa que será el inicio de una tercera guerra mundial.

México, que para 2030 será una de las principales economías, establecerá alianza con Alemania. EU y sus aliados ganarían la guerra, que ésta vez sólo duraría dos o tres años con un costo de tan sólo 50 mil vidas. Al final de la conflagración, EU disfrutaría de una década de prosperidad sobre un panorama de energías solares alternativas y nuevos recursos para controlar el mundo.

Pero en la década de los 70 aumentarán las tensiones entre nuestro país y el imperio. México (ya lo podemos visualizar hoy) producirá corrientes migratorias incontenibles. A partir de la década de 2030 los inmigrantes mexicanos serán como una extensión de su patria: formarán en algunos estados de la Unión Americana comunidades poderosas que se comportarán como aliadas de México. Después de los 30, el crecimiento demográfico y el de su economía será considerable, al punto en que nuestro país estará en condiciones de desafiar militar y geopolíticamente a EU.

Para cuando esto suceda, América del Norte seguirá siendo el eje de la economía mundial, el centro de gravedad del sistema global y la disputa con México podría extenderse hasta el siglo XXII.

No son las profecías de Nostradamus ni es ciencia ficción, ni el guión de una película catastrofista, la trama de un churro de Hollywood. Son los escenarios que predice un analista norteamericano, experto en geopolítica que, luego de ser un destacado académico en universidades de EU, fundó una empresa de inteligencia llamada Stratfor. Su nombre es George Friedman y nació en Hungría, de donde huyó con su familia para escapar del régimen comunista. Obtuvo grados de especialidad en ciencias políticas y más tarde el doctorado en políticas públicas en la Universidad de Cornell.

Acaba de estar en la Cumbre de Negocios celebrada hace unos días, aquí en Querétaro. Sus predicciones son producto no de simuladores de escenarios de guerra (aunque haya diseñado en su juventud juegos computarizados con el tema de conflictos bélicos), sino de profundos análisis que le permiten especular sobre un futuro posible.

Los próximos 100 años, de su autoría, es ya el manual para analizar los escenarios tecnológicos, culturales, económicos y de conflictos armados e ideológicos del futuro. Para no ir hasta un siglo de vaticinios, redujo su bola de cristal a La próxima década, libro del mismo nombre, en donde advierte un futuro de prosperidad para nuestro país, el principio de la decadencia económica china y una lucha interna en Estados Unidos que se agotará en el debate entre ser un imperio o una república.

Este gurú estuvo aquí y algunos tuvimos oportunidad de verlo y escucharlo. Otros hasta se atrevieron a tocarlo, pensando (supongo) que se les pegaría algo de futuro.

Escritor, periodista y analista político

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