López Obrador lucha por su popularidad, no por el bien de México. Un día después de su segundo año de gobierno, fastidiado por la política depredadora de la 4T que destruye la economía de México, renunció al gabinete el poderoso empresario Alfonso Romo, quien fuera acusado de tráfico de influencias por su excompañero Víctor Toledo, el enlace con los empresarios. En dos años, siete renuncias al gabinete de López Obrador anuncian que las cosas no funcionan bien en el gobierno. Las pruebas son contundentes, aunque al Presidente le llene de satisfacción que su “popularidad” es muy buena.

Las hebras más sensibles de todo gobierno no funcionan adecuadamente con López Obrador, a pesar de su alegría. Además, ha incumplido sus propios compromisos. Ofreció que a dos años de su gobierno bajaría el índice delictivo y resultó lo contrario, los delitos de alto impacto aumentaron; como nunca antes se fueron al alza los homicidios dolosos: 65 mil 539. No hay rumbo en la política criminal del combate a la delincuencia; la seguridad púbica quedó en manos del Ejército, quien fue capacitado para otras actividades, no para realizar funciones de policía.

Informó la Secretaría de Salud que desde la pandemia habían registrado (hasta octubre) 794 mil, 944 fallecimientos certificados, 576,955 muertes esperadas; el resto, 217 mil, 989, son muertes inesperadas, un exceso de mortalidad que implica el 38% más. Conclusión: el sistema de salud de primer mundo que ofreció el Presidente, al cumplir sus dos primeros años, es un fracaso. Después de más de 107 mil muertos por la pandemia, de pronto implementó un apoyo económico por cada muerto ¿Sentimiento de culpa? Y, en lo sucesivo, en los hospitales públicos expedirán el costo de la atención médica; pero, será gratuito el servicio, bajo el lema del apoyo del “gobierno de la 4T”. Otro mecanismo de mediatización política para mantener la popularidad del Presidente.

La caída de la economía, otra promesa incumplida. Ofreció que crecería por arriba del 4%, hasta llegar al 6. El primer año el PIB decreció por debajo del 0%; para este catastrófico año todo indica que el PIB caerá por debajo del 9%. ¡El “anillo” le quedó grande al Presidente! Al perder competitividad se perdieron millones de empleos, no hay inversión nacional ni extranjera, consecuentemente la pobreza aumentó entre el 7.2% y el 7.9, lo que significa un aumento aproximado de 9 millones de mexicanos que ingresaron a la pobreza sin capacidad para adquirir la canasta básica.

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