Aunque nosotros los vemos como si estuvieran hechos de hierro, inalcanzables, fuertes y exitosos, nuestros deportistas son seres humanos. Personas que tienen problemas familiares, que se enferman del estómago, que se ponen nerviosos, que al igual que tú y que yo, tienen momentos en los que desearían tirar la toalla. La diferencia es que cualquier decisión o estado de ánimo repercute de manera trascendental en su vida, los deportistas de élite tienen el peso de un país encima y además deben enfrentar su vida fuera del tatami, del ring, de la pista o de la cancha.

Hace tres años comenzó la historia de sueño; ubicado en el número 51 del ranking internacional, pasaste al lugar siete y una presea dorada colgó de tu cuello en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, Veracruz 2014, la historia apenas comenzaba.

En 2015 nos hiciste soñar muy alto, fuiste el único en conseguir una medalla para México dentro del mundial que se celebró en Rusia, bronce para el taekwondo nacional, también demostraste ser el mejor del continente en los Juegos Panamericanos al brillar en lo más alto del podio en territorio canadiense, la Conade y el Indereq reconocieron tu gran esfuerzo y te convertiste en el mejor deportista del país y de tu estado, la locura se consumó cuando conseguiste el pase a Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016 como el número tres del mundo.

Tu nombre y tu cara fueron tan explotados que pudiste haber cobrado regalías, todos nos emocionamos con la historia de tu madre que hizo ese viaje tan largo solamente para apoyarte en cada patada que diste arriba del tatami, dejaste de ser para tu madre aquel niño de nueve años al que no dejaba entrenar taekwondo por sus creencias tan arraigadas, hasta que se dio cuenta de tu talento y te convertiste en su orgullo y en una de sus mejores creaciones.

Sin embargo, el sueño se truncó el 18 de agosto de 2016, Saúl Gutiérrez Macedo cayó ante Temuujin Purejav, taekwondoín originario de Mongolia, ubicado en el lugar 113 del mundo. Nadie lo podíamos creer, la promesa mexicana había caído en la primera ronda.

Casi un año después te presentas en un campeonato mundial de nueva cuenta, en esta ocasión, la capital del taekwondo fue anfitriona para el torneo más importante de esta disciplina, tu lugar en el ranking te permitió pasar la primera ronda, pero este lunes te quedaste en el camino rumbo al podio, el búlgaro Vladimir Dalakliev te dejó en la ronda de octavos de final luego de superarte por 15 a 11 puntos, y de nueva cuenta se esfumó toda esperanza de una medalla en tu categoría.

Mucho se habla de que la revancha la darás en Tokio 2020, pero también sabemos que estas malas rachas son comunes entre los deportistas de élite, lo importante es no perder el piso y regresar, revivir, desempolvar esa ilusión, ese sueño que te ha hecho acumular tantos logros: como estar dentro de los mejores taekwondoínes del mundo, ya eres parte de la historia del deporte mexicano y eso nadie te lo quita, los que te conocemos, sabemos que en este momento hay alguien más importante, que un metal dorado, esperándote en casa, que antes de ponerte un dobok eres un hombre de familia, sólo no olvides que un país tiene el sueño de ver a un mexicano que triunfe, pero más importante, no te olvides de tus propios sueños.

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