El ganador de la contienda en 2018 será, sin duda, el que mueva mejor sus piezas; el ajedrez electoral ya empezó. Actualmente cada uno tiene sus ventajas y desventajas, el reto será contrarrestar sus negativos con los positivos que tienen y, en eso, el PRI tiene mucha experiencia y está  jugando adecuadamente.

Todo el mundo da interpretaciones y explicaciones del suceder nacional; yo también haré lo correspondiente. Estamos de acuerdo en que esto será una competencia de 3, el que resulte ganador lo hará por pocos puntos, el que logre 35% estará muy posiblemente en la punta; los candidatos independientes serán,  más que una opción real de triunfo, alguien destinado a romper el equilibrio de los partidos.

Por un lado, tenemos a Margarita Zavala, quien posiblemente consiga de 3 a 5 puntos porcentuales, que  de otra manera hubieran sido del PAN. Jaime Rodríguez El Bronco obtendrá a lo mucho otros 5% de los que están en contra del sistema y podrían ir a parar a manos de Morena. Su reto es obtener las firmas necesarias, por eso se habla de apoyos a estos dos, pero en mi opinión son los únicos que pueden lograrlo.

Con este análisis, el beneficiado sería el PRI, que con un candidato independiente y un perfil técnico como José Antonio Meade, quien, por cierto, estuvo en el gabinete de Felipe Calderón, esposo de Margarita Zavala, resulta conveniente para recuperar votos de algunos grupos de panistas y de la sociedad en general. El PRI puede estar buscando ser el segundo lugar, para que con el voto útil, el día de la elección, logre ganarle a Andrés Manuel López Obrador, que hoy va a la cabeza.

Para Morena, en particular para su líder y dueño del partido, ya aprendió que “calladito se ve más bonito”, ahora no compra ninguna bronca y a como dé lugar trata de mantenerse al margen. Su decisión de no designar a Ricardo Monreal como candidato al gobierno de la CDMX estuvo a punto de costarle caro, pero reaccionó adecuadamente y aparentemente logró tranquilizar la “bronca” y convencerlo que se quede con Morena, ya que los otros dos partidos lo andaban rondando, pues era un gran producto para competir en el bastión de AMLO.

Del lado de Frente, la apuesta para Ricardo Anaya es juntarse con el PRD para tapar el hueco que le hace Margarita Zavala, y con Movimiento Ciudadano para cubrir los éxitos electorales que logró en Jalisco. El costo para el líder del PAN será ceder al PRD la candidatura para el gobierno de la CDMX, en donde no tiene una opción real de triunfo, pero sí puede apoyar al sol azteca con los puntos que le permitan enfrentar a Morena.

En resumen, todo puede tener significado y considerando que es más fácil creer en el complot que en coincidencias, el segundo lugar puede ser el ganador por el voto útil a la mera hora, como según dicen, pasó con Felipe Calderón, ¿o no?

Por otro lado, todos los suspirantes a puestos de elección popular de nuestro estado están muy preocupados por mejorar su rating; esto es la diferencia entre lo conocidos que sean y los negativos que tengan, que seguramente será únicamente una referencia; la decisión se basará más en una negociación política que en una encuesta, aunque entre mejor se tenga el puntaje positivo, más podrán vender su apoyo. Será cosa de esperar las primeras semanas de enero para conocer los nombres; hoy hay favoritos y muchos que se quieren colar a como dé lugar.

Por ejemplo, en la capital del estado, los suspirantes más encaminados son por el PAN: Marcos Aguilar con el mayor conocimiento y los mayores negativos; Luis Bernardo Nava con poco conocimiento aunque pocos negativos y mucho respaldo. Por el PRI, Manuel Pozo con el mayor conocimiento y pocos negativos, seguido por Mauricio Ortiz Proal y, al fondo, Pancho Pérez.

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