El presidente de la República envió a la Cámara de Diputados una iniciativa para reformar los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución. Pretende establecer una nueva estructura del sector eléctrico en la que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sea la única empresa que suministre a usuarios finales.

Además, entre otros aspectos a destacar como la desaparición de los certificados de energías limpias (CEL) y la reintegración vertical de la CFE, la propuesta considera que tanto la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) sean absorbidas por la Secretaría de Energía (Sener), al mismo tiempo que establece que la explotación del litio sea una actividad exclusiva del Estado Mexicano.

Tanto expertos como el sector privado rechazaron la propuesta presidencial que comenzará a discutirse en breve en el Congreso de la Unión, y a la que le anteceden una serie de cambios a la legislación secundaria que derivaron en cientos de juicios de amparo.

Algunos legisladores señalaron cinco razones concretas para oponerse a la propuesta presidencial: 1. Atenta contra el libre mercado. 2. Aumenta el control del Estado y perjudica a las familias mexicanas. 3. Desaparece órganos que funcionan. 4. Viola tratados internacionales. 5. Cancela certificaciones de energías limpias.

El tema ha causado expectativa en el PRI, es la gran oportunidad para resurgir o se autoextermina. En días pasados se hizo pública la convocatoria para la realización de XXIII Asamblea Nacional del PRI, se realizará a través de asambleas municipales y estatales para cerrar con la Sesión Plenaria el 1 de diciembre del presente. Las Mesas Temáticas serán: 1) Proyecto de país; 2) Estrategia Política; 3) Vida interna del partido y 4) Prospectiva de partido.

La discusión del tema en esta asamblea puede ser definitoria del sentido del voto de ese partido. Que no se equivoquen y tomen la oportunidad de la Asamblea Nacional para fijar una posición contundente y que no dé la espalda a las demandas de sus militantes y a la propia ciudadanía que tienen que ver con el abaratamiento del fluido eléctrico y el uso de energías sustentables.

El PRI no debe olvidar que los ciudadanos que votaron por ellos en la pasada elección para que actúe como un contrapeso real al poder ejecutivo y actuar como opositor para impedir que avance en el Congreso la reforma constitucional.

Del PRI se espera que aliente la participación al debate y discusión del tema. Que participen los expertos, la iniciativa privada, a grandes, medianos y pequeños empresarios, la academia, los defensores del Estado de derecho, que ven en la reforma expropiación de bienes y cancelación de contratos.

El ejecutivo Federal, busca dividir el voto priista, declaró que la reforma energética era la oportunidad para que el viejo partido hegemónico se definiera entre las políticas nacionalistas o las neoliberales. Pero no hay razón alguna para suponer que regresar a los modelos estatistas de los años 70 será una solución para los problemas que afronta el país medio siglo después, en un mundo y una economía global que nada tienen que ver con aquel momento.

Es absurdo que un país como el nuestro, que goza de los mayores acuerdos comerciales en el mundo, incluyendo el T-MEC, decida regresar a los modelos monopólicos y estatistas, cuando ni siquiera está en condiciones de sostenerlos económicamente.

Este instituto político se encuentra en un momento de definición, crucial para continuar existiendo, debe hacer compromisos y de esta forma definir el sentido de su voto. Los partidos tienen que redefinirse, para lograr recuperarse y tener éxito y mirar hacia adelante. Y el PRI no es una excepción. Debe elegir la voluntad de los ciudadanos, y de sus bases.

Expresidente municipal de Querétaro y ex legislador. @Chucho_RH

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