La tarde del jueves de la semana pasada, en el centro comercial Plaza Artz Pedregal de la Ciudad de México se presentó un derrumbe parcial. Se señaló, de manera preliminar que lo ocurrido había sido una falla estructural. El caso se encuentra en investigación para identificar las causas y responsables. Es evidente que las cosas no se llevaron a cabo de manera correcta en esta obra, pues a finales de 2016 se presentaron también fallas en los muros de contención de la excavación, supuestamente, a causa de fugas de agua.

En Querétaro, durante las obras del estacionamiento que se construyó en donde se encontraba la Plaza Constitución en el centro de nuestra ciudad, los muros de contención realizados de concreto armado, del lado de la Av. Corregidora, presentaron una falla luego de una lluvia. Éstos no tenían el apuntalamiento necesario y estaban funcionando provisionalmente en cantilliver, con escaso empotramiento en el subsuelo porque en el procedimiento constructivo no se pensó la forma en que aquéllos iban a trabajar al final de la obra. El agua no fue la causa de la falla porque en ingeniería debemos hacer las cosas previendo los posibles efectos de las presiones, arrastres o erosión que aquélla produce.

En esta misma obra, para el estacionamiento subterráneo bajo lo que era la Plaza Constitución, también se presentaron afectaciones en la Av. Pino Suárez, junto al edificio de Bellas Artes de la UAQ que estuvo en riesgo especial porque la estructura de su bóveda solo trabaja a compresión y no soporta tensión, una vez más debido a estructuras de contención y un procedimiento constructivo inadecuados. Finalmente se logró concluir razonablemente el estacionamiento y ha resultado de gran utilidad. Pero ello no significa que estuviera exento de errores en las diversas etapas de construcción, como el estudio de la mecánica de suelos respectivos, que fue escaso. Omitir el estudio de la mecánica de suelos o geotécnico de una obra la pone en peligro a ella y a su función.

La Torre del Aeropuerto Intercontinental y el CRIQ son ejemplos, en Querétaro, de estudios de mecánica de suelos insuficientes o inexistentes en el momento oportuno.

El estudio de mecánica de suelos realizado antes de la construcción de la Torre del Aeropuerto Intercontinental no exploró directamente la profundidad necesaria y tampoco se concibió la investigación experimental pertinente, por lo cual la cimentación de las pilas colocadas a 6 m de profundidad (cuando el sondeo practicado apenas llegó a 7 m de profundidad), no se desplantó a la profundidad más adecuada. Se comprobó, después, mediante nuevas exploraciones, la existencia de una roca basáltica muy competente a partir de los 8 m de profundidad, en la cual hubiese sido más apropiado desplantar la base de las pilas. Por otro lado, la estructura de la Torre se observó con deficiencias. La Torre fue sujeta a varios peritajes, geotécnicos y estructurales ordenados por el gobierno del Francisco Garrido, lo que llevó a la decisión de reforzarla. Luego de las medidas tomadas, la Torre ha cumplido bien su función.

En el artículo próximo se tratará más sobre el CRIQ, la problemática que se genera por la carencia de los estudios previos. Y también se abordará un buen ejemplo de prevención en ingeniería: la ampliación del paso inferior en el Boulevard Bernardo Quintana en su intersección con Av. Los Arcos.

jalfredozg@yahoo.com.mx

Google News