En estos días ha circulado por redes sociales y medios de comunicación una noticia lamentable. La muerte de una mujer de nombre Victoria que falleció a manos de policías del municipio de Tulum, Quintana Roo.

El video muestra una total imprudencia y falta de cuidado hacía la víctima, pues además que no fue detenida por otras policías de su mismo sexo, el uso de la fuerza fue injustificado. Es un caso evidente de abuso de autoridad y uso excesivo de la fuerza.

El hecho recuerda lo sucedido en Estados Unidos el año pasado y que cobró la vida del Sr. George Floyd, quien por ser afroamericano, desencadenó turbulentas manifestaciones en la unión americana que reavivaron consignas contra la discriminación y el racismo.

El abuso de poder es una conducta que es injustificable y que no tiene cabida en un estado que debe proteger y respetar los derechos humanos.

Por ello, es importante que al interior de las corporaciones policiacas y de cualquier organización de seguridad, existan protocolos de actuación que sean estrictamente aplicados, con disciplina y firmeza.

El caso que ahora lamentamos es doblemente grave, pues la víctima se trató de una mujer que además era migrante del vecino país de El Salvador y que tenía visa humanitaria en el país. ¿Hasta dónde puede llegar la responsabilidad del Estado mexicano por este hecho?

Pero más allá de ese aspecto, está la violencia contra la mujer que sigue presente en nuestra sociedad y las corporaciones. Miles de mujeres las sufren en carne propia y quienes supuestamente deben protegerlas, ahora también son violentadores. Eso es lo más grave del caso, el abuso físico cotidiano del que son víctimas las mujeres.

Por ello, es necesario e importante conformar grupos especializados de respuesta que actúen con perspectiva de género. Que sepan aplicar y actuar conforme a protocolos establecidos y cuyas acciones sean proporcionales a la emergencia.

En Coahuila, por ejemplo, ya dieron el primer paso con la creación de la policía violeta, un grupo de reacción conformado por mujeres para la atención de mujeres. Están capacitadas y preparadas en atender casos con perspectiva de género y de acuerdo a los protocolos que al efecto se establezcan.

Con casos como éste, se dan importantes avances en la prevención y combate de la violencia de género, pues aseguramos que en casos como el que se presentó, exista proporcionalidad en la respuesta de las autoridades, pero además que cuando una mujer sea víctima de algún delito, se le atienda con justicia y eficiencia. Asimismo, para que existan protocolos unificados y coordinados que permitan realizar una atención integral a las víctimas.

Vamos emprendiendo nuevas ideas en la atención de las ciudadanas, para que se sientan seguras y libres de andar por las calles y realizar sus actividades, sin miedo, angustia o zozobra.
Ese debe ser nuestro principal compromiso con las siguientes generaciones, crear un entorno tranquilo y seguro para cualquier persona y que hechos tan lamentables como el de Victoria, en la ciudad de Tulum, no vuelvan a repetirse.
Es momento… de poner manos 
a la obra.

Google News