Pese a dos años de interrupciones en la educación, se comienzan a vislumbrar logros y avances. Un estudio de la organización estadounidense sin fines de lucro NWEA, que crea evaluaciones académicas para estudiantes, reveló que los esfuerzos e inversión en educación son cruciales para lograr una recuperación económica.
Los investigadores estimaron que el alumno medio de escuela primaria tardaría tres años en llegar al punto en el que habría estado sin la pandemia. Para estudiantes mayores, la recuperación podría ser mucho más larga. Ese plazo podía variar mucho en función de los grados, asignaturas y grupos demográficos; los investigadores concluyeron que la mayoría de los alumnos tardaría más de dos años en alcanzar el nivel académico que tenían antes de la llegada del COVID-19, si es que hay inversión y financiamiento que impulse al sector.
En Estados Unidos, las escuelas, sus gobiernos y alcaldías están trabajando en soluciones con impacto a mediano plazo, es decir, en programas y políticas con miras a dos años para generar un impacto continuo y positivo en la educación de sus alumnos. ¿Cómo lo hacen? Conocen el contexto de la población estudiantil, revisan los datos y luego, ajustan las intervenciones en consecuencia, detalla la NWEA.
En Querétaro, se trabaja hacia esa dirección, pues es muy clara la visión del Gobernador Mauricio Kuri de llevar la educación al siguiente nivel. Desde el Gobierno estatal, a través de las Secretarías de Educación y Desarrollo Social locales se desarrollan programas que disminuyen la brecha entre los que pueden estudiar y los que carecen de recursos para lograrlo.
Muestra de ello fue que, en esta semana, el Gobernador Mauricio Kuri anunció el programa de entrega de útiles a las y los estudiantes de educación básica. Con ello, lo que se busca es mitigar el gasto académico en los bolsillos de las familias -de por sí lastimados por la pandemia- y evitar la deserción escolar. A este programa también se le suman la tarifa especial UniDOS, la entrega de tabletas escolares y las becas.
En México no debemos bajar la guardia ni escatimar, hay que darle más empuje a la educación en todos los niveles. Si bien este 2022 se tiene proyectado destinar 883,929 millones de pesos (mdp) para el gasto público en educación, monto que representa el 3.1% del PIB, según cifras del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), esos recursos deben ser utilizados eficaz y eficientemente por todas las instituciones educativas.
Fortalecer al sector educativo es tarea de todas y todos y desde todas sus trincheras: la infraestructura, la calidad educativa y la capacitación de sus docentes.
Un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) refiere que los alumnos con menos aprendizajes significan futuros trabajadores con menos habilidades, lo que puede reducir sus ingresos en 8% anual durante su vida laboral, esto equivale a un mes de salario al año por el resto de su vida productiva.
No echemos en saco roto los datos y celebremos el ejemplo de la administración queretana: la educación es la vía hacia el crecimiento de las naciones, estamos a tiempo de fortalecerla, de inyectarle energía y más recursos.
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@CarlosCacl