Estamos a 15 días de celebrar el primer ejercicio de revocación de mandato que por disposición constitucional tenemos derecho las y los mexicanos, por tal razón, están llamados a las urnas 92 millones 805 mil 424 electores que componen la lista nominal, mismos que tendremos una papeleta esperándonos el domingo 10 de abril para emitir nuestra opinión; de estos, 1 millón 747 mil 662 pertenecen a la entidad queretana, distribuidos proporcionalmente en 5 distritos.

La respuesta a la interrogante de por qué sí participar, es obvia, pero merece una explicación. En primer lugar, porque es un derecho protegido por la constitución, mismo que está regulado en la Ley Federal de Revocación de Mandato. Solo ejerciendo nuestros derechos podemos construir ciudadanía, es decir, frente aquellos detractores de la revocación de mandato que “hacen un llamado ciudadano a la abstención”, desde este espacio les decimos que la decisión de abstenerse nunca podrá contribuir en medida alguna al fortalecimiento de nuestra democracia, porque el cambio político jamás se detona desde la inmovilidad ni el mutismo, sino a través de la acción y sufragio efectivo.

Segunda consideración, el ejercicio de revocación de mandato no es del Presidente de la República, ni de sus seguidores, al estar organizado por el INE y en consecuencia, por miles y miles de ciudadanas y ciudadanos de todo el país, con diferentes escolaridades, acentos, ocupaciones, identidades, ideologías, edades, la revocación se convierte en un verdadero ejercicio del pueblo de México, que se reserva para sí el derecho inalienable de ejercer su soberanía. El llamado a la abstención, le da la espalda a todo el esfuerzo ciudadano de una de las instituciones más valiosas y con mayor credibilidad del estado mexicano que es el INE, el INE, no es su presidente, ni su consejo general, el INE somos todos.

Tercer aspecto, es una erogación económica que ya se ha realizado, no acudir al llamado a la urna de revocación de mandato, solo contribuirá a reforzar el dicho barato de que nuestra democracia es cara, expresión falaz en su totalidad, pues la democracia es un ideal inacabado que no tiene precio y no es posible monetizarla como si se tratase de un servicio o una actividad con arreglo a fines, quienes entienden así la política son los mismos que se sorprenden cuando se generan vuelcos electorales que sus modelos de análisis político no logran comprender ni dimensionar.

Este domingo 10 de abril, hay dos posibilidades, una, la de la abstención que construye apatía desde su sillón, y otra, la de la ciudadanía activa que hace patria marcando la papeleta. ¿De qué lado quieres estar?

Twitter: carlosfcps / FB: Carlos Velázquez

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