El fuero se diseñó para proteger las expresiones de los legisladores, para que éstas fueran realizadas en absoluta libertad. Parlar y decir lo que se piensa sin ninguna repercusión legal, fue parte de lo que inspiró este escudo, que fue pensado para el desempeño de la función sin ninguna persecución por pensar o hablar diferente.

¿Cuáles eran las repercusiones que podría tener un legislador al utilizar su palabra como herramienta en la pluralidad? Debemos recordar que los delitos de calumnia y difamación estaban tipificados para proteger los aspectos morales, el honor y la dignidad de las personas. Hoy por hoy, estos tipos penales fueron trasladados al ámbito civil, dejando de ser criminalizados.

Por tal motivo, si estas figuras ya no implican la cárcel, quiere decir que los parlamentarios no requieren ya en este sentido el llamado fuero constitucional.

No obstante a ello, no sólo los legisladores están protegidos, sino que al mismo tiempo los gobernadores, ayuntamientos, ministros, magistrados, organismos autónomos, entre otros. El argumento para que estos servidores públicos tengan inmunidad frente a cualquier proceso penal, se originó también con la idea de salvaguardar la función pública y no a la persona.

De la misma manera, esta idea también tenía como explicación que la diversidad y la pluralidad política no implicara que aquellos que disentían del gobierno fueran hechos presos, o se utilizara el Código Penal como un mecanismo de presión, represión o venganza.

Hoy en día las reformas judiciales y administrativas que se han realizado, le han dado autonomía al órgano persecutor de los delitos, creando así las fiscalías en los estados y siendo aprobados los fiscales por las legislaturas, y en su caso, por el Congreso de la Unión.

Así en esta tesitura, si es posible consolidar en el futuro esta autonomía de los fiscales respecto del Poder Ejecutivo y órganos trasparentes en el tema, no tendría ya sentido seguir conservando la inmunidad a estos servidores públicos.

Si queremos eliminar el fuero, no se requieren solamente de las reformas que emprendan las legislaturas locales, sino que también se necesita una reforma a la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos. Esta reforma federal sería indispensable, ya que el artículo 111 de la Constitución de la República establece esta protección para que los funcionaros ahí descritos no sean requeridos administrativa o penalmente.

Pienso que así como en su momento la iniciativa privada promovió con fuerza e insistencia el Sistema Nacional Anticorrupción, y en particular la ya famosa declaración 3 de 3, para eliminar total y no parcialmente el fuero se necesita de la fuerza de la gente y de la enorme sensibilidad de todas las fuerzas políticas, no sólo como una coyuntura de popularidad electoral, sino con argumentos políticos y jurídicos que hoy nos dan las condiciones para quitar el fuero de forma definitiva.

Los ciudadanos reclaman esta reforma. Sus mandatarios, nosotros quienes tenemos responsabilidades públicas, debemos escuchar y actuar aún más para hacer más confiable la política y especialmente al político.

Diputado federal.

@BraulioPRI

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