A las mexicanas y mexicanos: En el marco del Día Internacional de la Mujer tenemos mucho por reflexionar, resignificar, entender y emprender, porque es claro que nuestra histórica lucha continuará y será incansable. El camino recorrido ha reportado significativos avances, sin embargo, aún falta mucho por hacer.

Todos y cada uno de los tipos de violencia de los que somos objeto las mujeres son intolerables; sin embargo, existen dos particularmente repudiables: el feminicidio, por ser la más extrema de las violencias y la trata de personas, una forma de esclavitud moderna que cosifica a las víctimas y socava su dignidad humana.

Ambos delitos tienen diversos aspectos en común, entre los que destacan: sus causas estructurales; su generalización ya que no distinguen edad, clase social ni etnia; y que por décadas se han caracterizado por la impunidad, corrupción y complicidades que los rodean.

No obstante de que en muchos feminicidios es evidente la relación directa que guardan con el delito de trata de personas, las líneas de investigación no se han dirigido de forma contundente hacia el nexo causal que pudiera existir entre ambos ilícitos.

La falta de información sobre estos delitos, las deficiencias en los expedientes y la ausencia de una base de datos que permita determinar la relación entre desapariciones, trata de personas y feminicidios, han sido un obstáculo para encauzar las investigaciones judiciales en una línea que asegure sancionarlos eficazmente, así como impulsar acciones preventivas y focalizadas para inhibirlos y erradicarlos.

A pesar de existir suficiente evidencia para pensar que dichos delitos en los que las principales víctimas son niñas, adolescentes y mujeres están interconectados, las omisiones y negligencias han permeado durante años. No es casualidad que aún existen legislaciones estatales sin armonizar, lo que resulta en beneficio de los feminicidas y tratantes.

Por eso es relevante señalar que actualmente se llevan a cabo diversas acciones desde los Poderes Ejecutivo y Legislativo Federales, que tenemos que reconocer, difundir y fortalecer. Por un lado, la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (UIF), ha congelado diversas cuentas bancarias relacionadas con redes de trata, lo que constituye un golpe contundente para éstas, ya que dicho delito, junto con el tráfico de drogas y armas es de los más lucrativos en el país. La UIF ha generado una política para identificar reportes de operaciones inusuales en la trata de personas, lo que ha permitido ubicar focos rojos y cumplimentar órdenes de aprehensión en distintas entidades del país.

Por otro lado, en la Cámara de Diputados se votaron reformas para fortalecer el tipo penal de feminicidio establecido en el Código Penal Federal mediante la modificación y adición de las razones de género, entre las que destaca que el sujeto activo haya obligado a la víctima a realizar una actividad, trabajo o ejercido sobre ella cualquier forma de explotación. Se establece también que, en la investigación de toda privación de la vida con violencia de una mujer, el Ministerio Público estará obligado a constatar si existe alguna de las razones de género establecidas en el delito de feminicidio.

Lo anterior significa que, POR FIN tanto en la tipificación de la norma jurídicacomo en las investigaciones ministeriales, necesariamente se deberá agotar como línea de investigación la trata de personas en cualquiera de sus formas de explotación.

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