Hoy en México las mujeres viven una situación generalizada de violencia, y las policías no son la excepción. Ellas se enfrentan con valentía a la adversidad de trabajar en un mundo, erróneamente diseñado, por y para hombres.

Causa en Común aplicó en 2019 una encuesta a nivel nacional a 5 mil policías en 28 entidades del país. Las cifras que arrojó este estudio demuestran la situación que se vive dentro de las corporaciones: el 35% de las mujeres ha recibido comentarios ofensivos de índole sexual; 17% ha recibido mensajes o fotografías con insinuaciones sexuales o con insultos; 14% ha recibido insinuaciones sexuales de manera directa; 10% ha recibido amenazas por negarse a tener relaciones sexuales y 7% ha sufrido manoseos o tocamientos. Cinco de cada diez mujeres piensan que hay discriminación dentro de la corporación; tres de cada diez no participan en concursos de ascenso porque los considera inequitativos y únicamente dos de cada diez han recibido un ascenso.

Ciertamente, se trata de un problema nacional, reflejo de la desigualdad más amplia que prevalece entre hombres y mujeres, pero que se acentúa en profesiones que tradicionalmente se consideran “de hombres”. Es verdad que las condiciones de nuestras y nuestros policías son lamentables, pero la ausencia de condiciones laborales dignas afecta especialmente a mujeres.

Las instituciones de seguridad deben promover el desarrollo de las mujeres policías o de lo contrario no será posible mejorar a nuestras corporaciones policiales. Se trata de construir un piso parejo; si no rescatamos a nuestras policías, no podremos construir la seguridad que tanto nos urge.

Ahora, como ya mencionábamos, el escenario para el resto de las mujeres no es muy diferente. Según datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2019, del Inegi, por cada delito sexual cometido contra los hombres, se cometen once contra las mujeres. Por otra parte, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016, el 22% de las mujeres ha padecido discriminación en el ámbito laboral a lo largo de su vida.

En el marco del Día Internacional de la Mujer y del paro nacional “Un Día Sin Mujeres”, todo el país debe reflexionar sobre la situación inadmisible que día con día padecen las mujeres en México. De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp), en 2019 se registraron 976 feminicidios.

Sin embargo, sabemos que existe un enorme subregistro en cuanto a los feminicidios, lo que se debe a diversos factores como la falta de tipificación adecuada del delito en las legislaciones locales. Si bien todas las entidades ya legislaron sobre feminicidio, no todos los estados tienen las mismas causales para declarar feminicidio o éstas son muy ambiguas.

Existe además una incapacidad de las autoridades a las que les toca investigar o registrar este delito. Esto se debe a que no hay sensibilidad al tema de género, porque no tienen capacitación o simplemente porque no tienen voluntad para registrarlo.

Existen estados como Baja California Sur que solo registró 2 feminicidios en todo 2019; Tlaxcala y Yucatán, 3 en el mismo año; y Aguascalientes 5. Estas cantidades son incongruentes con el total de homicidios reportados en estas entidades y en el país.

Por todo lo anterior, haremos todas las marchas, paros y reclamos que sean necesarios. ¿Hasta cuándo? Hasta que se entienda que nunca nos vamos a resignar a vivir en un país en el que nos discriminan, nos subordinan, nos maltratan y nos matan.

Google News