Respecto a la Presidencia de la República del General Lázaro Cárdenas, cuando éste ya afuera del poder, en 1961 realizó una gira por el centro de la República y concretamente Querétaro, Guanajuato, Jalisco y Michoacán. Uno de los invitados a esa gira fue Carlos Fuentes, quien dixit: “Lázaro Cárdenas cometió errores. Algunos son atribuibles al tiempo. Crear un Estado corporativo en un país convulso y desangrado era un paso adelante. Calles sólo concibió el Maximato para mantener el poder y la paz. Cárdenas decidió crear organizaciones campesinas y obreras que trascendieran el caudillismo y se gobernaran democráticamente. No fue así y él lo sabía. Se lo pregunté en 1961. Me contestó: Nosotros entregamos las organizaciones a los trabajadores y a los campesinos para que ellos mismos las gobernaran. No fue mi intención que esos propósitos se frustrarán y las organizaciones fuesen manipuladas y corrompidas”.

En efecto, Plutarco Elías Calles, al crear el ahora denominado Partido Revolucionario Institucional logró el triunfo del Maximato y con ello apaciguar más o menos la ambición de poder de la clase militar, considerada determinante para el triunfo de la Revolución Mexicana, como lo reafirmó la sucesiva presidencia de ella en México. En sus orígenes el PRI aglutinaba a cuatro sectores: El de los Trabajadores, Agricultores, Militares y quienes no “cabían” en esa clasificación, eran enviados como hoy en día al Sector Popular; es decir que mediante estas estructuras y el reparto de cuotas políticas y económicas,  logró una cohesión para un partido que nos gobernó por más de 70 años. Es cierto, muchas cosas positivas nos legaron los gobernantes priístas; sin embargo la corrupción que no es una característica única de este partido, sigue siendo hasta nuestros días un cáncer que lastima las entrañas más profundas de la sociedad y con ello la Justicia Social y la Violación a los Derechos Humanos, tan es así que la mayoría de los mexicanos ya no cree en ningún Partido ni en algunas instituciones, incluyendo la Presidencia del país han perdido respeto y credibilidad. Basta con asomarse a las llamadas redes sociales para observar la infinidad de tonterías, faltas de respeto e insolencias  con las cuales, en su mayoría, sin conocimiento de causa pretenden culpar al presidente de la República, de todos los males que nos aquejan, tan es así que inclusive existió un buen número de comunicados en estas redes que afirmaban que el Gobierno Mexicano había “comprado a la NASA”, para divulgar los posible estragos del huracán Patricia, “mientras aumentaban el precio de la gasolina”. Muchas conductas y procederes de las instituciones (nacionales, estatales y municipales) y parte de su personal, se han encargado y con creces, a alimentar la falta de credibilidad y respeto del pueblo de México.

Un ejemplo de lo anterior y desde luego, no porque sea el único, es el Servicio Exterior Mexicano y como consecuencia, la política internacional de nuestro país. Todos sabemos que en el primero, existía (tiempo pasado) la Carrera Diplomática reflejada no sólo en la secretaría de Relaciones Exteriores, sino en el Instituto Matías Romero de Estudios Diplomáticos órgano desconcentrado de la misma e inaugurado en 1974; desde hace años e independientemente del Partido en el poder, las embajadas o cargos consulares, se dan  como premios de consolación a políticos, por escribir lo menos, con antecedentes no muy claros, honestos y limpios que digamos. Ejemplos: Mariano Palacios Alcocer (nuestro embajador en El Vaticano) de triste memoria para algunos aspectos de Querétaro, sin dejar de lado su gran inteligencia, excelente oratoria y magnífica carrera política. Beatriz Elena Paredes Rangel embajadora de nuestro país en Brasil desde 2013 y ex dirigente nacional del PRI ex gobernante de Tlaxcala y Fidel Herrera Beltrán, ex gobernador de Veracruz, de nefasta  experiencia en muchos aspectos y ahora Cónsul de México en Barcelona, lo que se traduce en un desplazamiento no muy positivo que digamos, entre nuestra República y España. Ahora, agregue usted a todo lo anterior, las pretensiones de “partidizar” dos nombramientos de Ministros en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para allanar el caldo de cultivo de la corrupción y desconfianza que campean el ambiente mexicano. Obviamente debemos de empezar por la educación, pues “Nos han gobernado más por la ignorancia que por la fuerza” según Simón Bolívar y esto es tarea de todos, sin olvidar que ninguna acción colectiva es completa desde el inicio. Es tarea de generaciones sucesivas llevarla al éxito: Lo importante es empezar.

Desde luego, amig@ lector@, usted tiene una mejor opinión.

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