El próximo 30 de mayo concluirá a nivel federal la Jornada Nacional de Sana Distancia. Aunque la emergencia sanitaria por el Covid-19 aún no está superada, a partir del 1 de junio se podría regresar a algunas actividades productivas y sociales, dependiendo del color en el que se encuentre cada estado de acuerdo con el semáforo federal según el número de contagios y muertes por coronavirus en cada entidad.

Para evitar el terrible desorden del que fuimos víctimas al inicio de la emergencia, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, llamó a los estados a seguir los lineamientos definidos desde el gobierno federal. De lo contrario, dijo, habrá descoordinación si cada estado sigue su propio semáforo durante la gradual reapertura.

Este llamado a la coordinación no es cosa menor. Recordemos que, en Querétaro, el gobierno estatal decidió cerrar la economía de forma arbitraria un mes antes de lo que recomendaban las autoridades federales. Esa terrible decisión —sin previo aviso, sin consensos con los distintos sectores y sin un plan— está provocando una de las peores crisis económicas en la historia de nuestra entidad.

Las consecuencias de ese cierre adelantado ya comienzan a salir a luz. Por ejemplo, de acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), nuestro estado es hoy una de las seis entidades a nivel nacional que presentan la mayor pérdida de empleos durante abril y mayo (15 mil 200 empleos formales perdidos), siendo rebasados únicamente por la Ciudad de México, Quintana Roo, Nuevo León, Jalisco y el Estado de México.

Pero, como ya lo he comentado en ocasiones anteriores, este pésimo manejo de la emergencia sanitaria por parte del gobierno estatal tiene como objetivo culpar a la pandemia del fracaso económico de la actual administración, ya que la economía de Querétaro crecía a tasas del 7% cuando inició este gobierno en 2015 y en 2019, es decir antes del Covid-19, Querétaro creció tan solo 0.3%. O sea, nada. Es claro que la economía queretana ya se desplomaba mucho antes del coronavirus.

El día de ayer, el gobernador Francisco Domínguez anunció que el 1 de junio no se levantarán las medidas de aislamiento social, pero aún no queda claro si se apegarán al semáforo federal planteado por la Secretaría de Gobernación o si equivocadamente se van por la libre otra vez.

Es necesario que el gobernador de Querétaro deje de politizar el tema de salud pública. No es posible que, con tal de cuidar su popularidad, se deje a miles de familias sin empleo, sin ingresos y sin futuro.

No es momento de “lucir”. Es momento de ser responsables. La economía de las familias queretanas ya no aguanta más ocurrencias del gobierno estatal. Querétaro debe, sin lugar a dudas, sumarse a la estrategia nacional y apegarse al semáforo federal.

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