En la teoría de polos que se desarrolló en la década de los cincuenta y sesenta, se orientaba la idea de que procesos de acumulación de capital producen un desarrollo desigual en el territorio, esto quiere decir que mientras en unas ciudades se acumula el beneficio, en el resto existe un marcado subdesarrollo.

De esta manera, el concepto ha sido definido por varios autores como la aglomeración geográfica y el desequilibrio industrial; se contempla como la herramienta para el estudio de la anatomía de la economía en el espacio económico abstracto con vistos en el desarrollo social en un contexto sectorial, espacial y temporal.

En México existen experiencias de polos de desarrollo a finales de la década de los setenta, con los centros de desarrollo turístico con los que se trató de diversificar la oferta turística, —y que empezaría de cero, con proyectos de centros turísticos como Ixtapa, Loreto, Bahías de Huatulco y Cancún— que servirían como detonantes de la actividad económica regional. Con el tiempo han atraído grandes inversiones —incluso extranjeras—, generando empleo y ganancias, claro.

Pero la situación actual en algunos de estos centros trajo consecuencias estructurales en el desarrollo económico y social de la región que han propiciado desigualdades y que no han podido solucionarse. Estos problemas han dado pie a la tercerización de la economía y una reducción a la actividad primaria.

Como ejemplo, actualmente se ha detectado la incapacidad de lograr un desarrollo más equitativo entre el polo turístico de Cancún y el de las comunidades rurales de Quintana Roo, debido a que la mayoría de los bienes y servicios para el abastecimiento del sector turístico son importados de otros estados (el consumo de productos locales es casi imperceptible).

Haciendo una traslación del tema, con sus diferencias reconocidas, sucede algo similar en nuestra zona serrana de Querétaro. Varios gobiernos estatales han desarrollado proyectos turísticos y ecoturísticos, y también promocionado la visita de éstos. A lo que refiere a los proyectos ecoturísticos se podría generar más impulso, todavía falta estructura (básica) para poder generar una mejor oferta a este segmento que parece ir en ascenso. Por las visitas que desarrollamos en los municipios y localidades, podría desarrollarse un corredor de sitios ecoturistas, aunque, por otro lado no quisiéramos que solamente se busque el desarrollo de una sola rama económica, sino que se impulse el desarrollo agropecuario en la región.

Como ejemplo, está la olvidada zona cafetalera de Landa de Matamoros. También se podrían promover granjas acuícolas en Arroyo Seco. Éstas son sólo algunas ideas que podrían generar actividades económicas en la zona serrana.

Se está perdiendo una gran oportunidad de generar un polo de desarrollo de forma integral. Bueno, hasta el programa estrella del presidente Enrique Peña Nieto de la “Cruzada Nacional contra el Hambre” no se encuentra en municipio alguno, aun cuando es muy marcada la situación de pobreza en esta región, como es el caso de Pinal de Amoles, que es según los índices de marginación, la más pobre de la entidad.

Presidente Estatal de Morena

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