¡Poca madre! | Querétaro

¡Poca madre!

Carlos Lázaro Sánchez

Me vino a la mente las historias y anécdotas que ya hace 32 años que no recordaba, las pláticas de los amigos de cómo sacaban a sus abuelos de los escombros, en la zona de Coapa.

Recordando según la escala sísmica de Richter es logarítmica base 10, y no lineal. Significa que un terremoto de 8.1 grados tiene una magnitud 10 veces mayor que uno de 7.1, es decir el martes tuvimos un sismo con una magnitud diez veces menor que el de 1985, esto significa, que fue similar al del 85 es decir no sólo oscilatorio si no también trepidatorio.

Para quienes nos tocó vivir el sismo del 85 por más pequeños que hayamos estado, sin duda algo en el interior de nuestras vidas nos provocó, hoy 32 años después volvió a salir a flote y que quizá no lo sabíamos. Sin duda la solidaridad, y el camino que la vida nos trazó, son porque seguramente sin saberlo, fue producto de las experiencias de ese sismo. Me vino a la mente las historias y anécdotas que ya hace 32 años que no recordaba, las pláticas de los amigos de cómo sacaban a sus abuelos de los escombros, en la zona de Coapa, de aquellas amistades que cuando paseábamos por su casa en Paseos de Taxqueña, era una regla voltear a ver los monumentos del caso que dejó aquel terremoto del 85, edificios nuevos, recientes y abandonados por las fracturas que sufrieron en aquella zona.

También el hedor de sangre y partes de cuerpos que combinados con escombros y cemento se mezclaban en un cementerio de relleno de escombro que se convirtieron los llamados ejidos de los Culhuacanes, ahí donde hoy encima hay casas hoteles y hasta los edificios de la Marina.

La corrupción, la falta de ética y la debilidad de nuestras instituciones se llenaron del cáncer corruptor que agobia a nuestro país y todos esos recuerdos nos vinieron a la mente toda la noche del 19 de septiembre para no dormir tranquilos, pero lo que vino la noche del 20 de septiembre fue brutal, dio un giro a mis recónditos sentimientos que casi me tenían al pie del llanto, convirtiéndose en el odio que a veces me sale tan natural, de saber por qué lucho día a día por las injusticias y por qué decidí dedicarme gran parte de mi tiempo a lo que son mis vocaciones (la arquitectura y la política), para quienes me conocen saben que la arquitectura y el urbanismo me apasiona, pero no así la construcción, llegue a la carrera porque el diseño y crear algo es mi don.

Siempre he dicho que para dedicarse a construir se requiere tiempo completo y a mí eso no se me da, debido a mi otro hobby y pasión que es la política, que me consume el otro resto del tiempo de vida que dedico a mi trabajo y pasiones del mismo.

Así que para construir, deben ser una profesión de tiempo completo, que no permite fallas ni dudas, y por la cual no puedes delegar la responsabilidad de lo que ello significa, en cambio el diseño que para mí es mi don, es algo más sencillo aunque igual de responsable.

El 19 pasé angustia ante los señalamientos (falsos afortunadamente) de que se había derrumbado un colegio donde un familiar cercano y su familia laboraban, y la incomunicación de la familia entera con ellos que se despejó hasta el miércoles 29 por la tarde.

Eso marcó que siguiera de cerca lo acontecido, no solo porque conocía la zona, sino por tratarse de una escuela, profesionalmente en CDMX me tocó apoyar al diseño de edificios y viviendas de las reconstrucciones del 85, así desde autogobierno apoyábamos la causa del PRD y sus organizaciones.

Desde estudiante entonces, conocí de cerca qué había fallado en 85 y que se requería no para evitar tragedias si no para salvar vidas. He tenido la fortuna de contribuir en el diseño de colegios donde mis hijos estudian y por ende poner mi granito de arena para que las cosas se hagan lo mejor posible.

Mi pregunta ¿dónde están esas cadenas multinacionales? y de capital extranjero que justamente llegaron después de los temblores del 85 a reactivar la economía y que han acabado con la microeconomía de barrio, de ferreterías, tiendas de la esquina, boticas, sastrerías, fondas, mercados y demás formalidad económica que existía en México antes del 85. Hoy no los veo donando ni un clavo, como dicen en redes sociales.

Por ello aunque sea a distancia las imágenes e información que me senté a ver el 20 de Septiembre me estremecieron, me dieron ganas de agarrar a alguien o desquitar corajes y a la vez me hicieron entender porque también eso que quizá me marco sin saberlo en el 85 es la razón que en política y en arquitectura defienda algo que se llama ética.

Diputado independiente de la LVIII Legislatura de Querétaro.

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