Peor aún que la pandemia debida al Covid-19 es la pérdida de la credibilidad y confianza de una muy buena parte de la ciudadanía en su gobierno, cualquiera que este sea, ya que dicha pérdida dificulta el vencer las adversidades tanto en materia de salud y conservación de la vida como también en materia económica. En nuestro caso, en el gobierno de la Cuarta Transformación.

Lamentablemente el actuar del Gobierno de México ante la mencionada pandemia ha sido tal que millones de mexicanos ya no creemos en lo que el Presidente y el Subsecretario de Salud señalan. Por ejemplo, Pocas personas creemos en las “cifras oficiales” de personas infectadas y fallecidas, la mayoría —aunque no lo reconozcamos abiertamente— asumimos son mucho mayores. El gobierno nos dice que estamos en la etapa uno —de importación del virus— cuando observamos desde hace tres semanas que ya hay casos de contagio local (supuesta fase dos). El Presidente informó que están atendiendo el tema desde hace meses y personal médico de varios hospitales entre los que se encuentra el INER y que se supone es el hospital líder en la materia, señalan que no tienen el equipo mínimo de seguridad que impida que médicos y enfermeras se contagien al atender pacientes infectados. Al día de hoy desconocemos si habrán medidas paliativas desde la perspectiva económica para toda la población y no solo para el adulto mayor. En suma, los errores, las omisiones y hasta las pifias ya han sido demasiadas o cuando menos eso es lo que a muchos nos han hecho sentir. Pareciera que el discurso gubernamental fuese uno y la realidad expresada por otros fuese otra muy diferente. Una vez más observo un Gobierno Federal en el que pareciera reina la improvisación.

Me parece que pretender minimizar el problema y sus consecuencias no le ha funcionado al gobierno y solo le ha restado credibilidad. La falta de empatía con la profunda preocupación de los ciudadanos por la salud y sustento de sus familias también ha menguado la credibilidad y confianza en el Gobierno Federal.

El tema no es menor ya que en estos momentos el país requiere para salir avante y por sobre todas las cosas unirse y sentir que tiene un líder, el Presidente, a quien creerle y en quien confiar. Los ciudadanos queremos sentir que nuestro Presidente sabe adónde va y que tiene controlada la situación no solo en materia de salud sino también en materia económica. Lamentablemente el equipo presidencial no ha logrado transmitirnos esa idea sino todo lo contrario. Haciendo la analogía con un barco que se adentra en una tormenta los pasajeros quieren ver a su capitán firme en el timón dominando las olas y los vientos que se acrecientan momento a momento y no un capitán que se asolea en la cubierta diciendo que todo está bien.

Lo anterior es sumamente preocupante ya que ante la falta de un líder confiable pudiésemos caer en una anarquía tal que los ciudadanos, movidos por una gran preocupación por la salud y sustento de nuestras familias, pudiésemos incurrir en acciones desgastantes y sin alcanzar los resultados deseados entorpeciendo además el quehacer gubernamental. Provocando entonces mayores costos tanto en materia de salud y hasta de vidas como económicos. En la analogía del barco ello equivale a que cada quien reme para donde quiera con el resultado de que no avanzaremos ni saldremos de la tormenta.

Fuente de los Deseos: Ojalá el Presidente y su equipo observen que para pasar a la historia como el gobierno que enfrentó exitosamente la pandemia del Covid-19 debe contar con la credibilidad y la confianza ciudadana. Credibilidad y confianza que no se piden, sino que se ganan en el día a día con hechos y resultados.

Comisionado del CECA. @TAMBORRELmx

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